La presidenta Claudia Sheinbaum informó que no se cobrará el impuesto del 8% a los videojuegos violentos previsto en la Ley de Ingresos 2026, por su compleja aplicación.
Desarrollo de la nota
Durante su declaración, la mandataria explicó que resulta difícil distinguir entre videojuegos con violencia y aquellos que no la contienen.
Señaló que esta ambigüedad complica cualquier intento de clasificación objetiva, lo que vuelve inviable la aplicación de un impuesto específico.
Sheinbaum reconoció que solicitó retirar el gravamen desde la elaboración de la Ley de Ingresos, aunque inicialmente permaneció en el documento.
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Finalmente, se tomó la decisión de no cobrar el impuesto, ante la falta de criterios claros para su implementación.
La presidenta cuestionó quién podría determinar de forma confiable si un videojuego es violento y bajo qué parámetros.
En lugar del gravamen, el gobierno federal impulsará campañas informativas dirigidas a jóvenes y adolescentes.
Estas campañas advertirán sobre los riesgos de adicción, el impacto económico y la posible normalización de la violencia en algunos videojuegos.
Sheinbaum subrayó que muchos de estos juegos son en línea, lo que incrementa su potencial adictivo.
Destacó que la estrategia se enmarca en la campaña por la paz y contra las adicciones, promovida por su administración.
Reconoció que el cobro de impuestos a videojuegos violentos presenta múltiples complicaciones técnicas y legales.
El tema generó polémica en el Congreso, donde la oposición advirtió la dificultad de definir qué constituye violencia digital.
Pese a ello, Morena, PT y PVEM aprobaron inicialmente el gravamen durante la discusión legislativa.
El secretario de Salud, David Kershenobich, consideró que el fenómeno de los videojuegos requiere un análisis cuidadoso.
Señaló que los videojuegos tienen aspectos positivos, pero es necesario revisar y regular contenidos sensibles.
El gobierno federal continuará evaluando alternativas preventivas sin afectar a la industria ni a los consumidores.

