Luego de que el gobierno federal confirmó que no se aplicará un impuesto a los videojuegos, líderes de Movimiento Ciudadano reaccionaron a la decisión.
El dirigente nacional del partido, Jorge Álvarez Máynez, afirmó que la propuesta siempre fue una ocurrencia sin sustento técnico.
A través de un mensaje público, sostuvo que el tiempo les dio la razón tras el anuncio de la presidenta.
Álvarez Máynez celebró la decisión y subrayó que el gravamen carecía de viabilidad práctica desde su planteamiento.
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Por su parte, la diputada Iraís Reyes consideró que se evitó una medida que habría sido imposible de aplicar correctamente.
La legisladora recordó que desde el inicio advirtió afectaciones a la economía de jóvenes y familias.
También alertó que la propuesta abría un problema mayor: la falta de criterios claros para definir videojuegos violentos.
Reyes señaló que el debate central no era solo económico, sino la ausencia de una definición objetiva sobre los contenidos gravables.
Cuestionó quién tendría la facultad de determinar qué videojuegos podían considerarse violentos.
Indicó que ese enfoque fue expuesto en tribuna, medios y espacios de diálogo con la comunidad gamer.
Tras la postura del Ejecutivo federal, la diputada afirmó que desechar el impuesto representa un avance en políticas públicas claras.
A su juicio, mantener el gravamen habría abierto la puerta a decisiones discrecionales por parte del gobierno.
Reyes consideró que imponer impuestos con criterios subjetivos podría derivar en confusión legal y censura.
Agregó que la medida castigaba a quienes juegan en casa, en lugar de atender problemas como la inseguridad.
Movimiento Ciudadano reiteró que el impuesto a los videojuegos era una propuesta absurda e inaplicable.

