Por Guadalupe Juárez

Primero fue un terreno, a 500 metros de la fila de torres de luz eléctrica, donde construyeron la casa.

Al año siguiente era una calle completa bajo los cables de alta tensión.

Después, una fila de casas, luego una colonia.

Bosques de Santa Anita, ubicada al noreste de la ciudad, crece desde hace 20 años bajo la electricidad.

En la zona se localizan instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por lo cual es considerada una de los asentamientos irregulares de la ciudad de Puebla.

Hoy los niños corren bajo las torres, a mitad de la calle; las ocupan como juegos, las trepan como si fueran superhéroes. Los colonos los utilizan como tendederos o como parte de la infraestructura de sus casas.

RICARDO RODRÍGUEZ / AGENCIA ES IMAGEN
RICARDO RODRÍGUEZ / AGENCIA ES IMAGEN

La CFE señala que las construcciones deben estar a no menos de 20 metros de distancia de las torres de alta tensión, sin embargo, aquí las estructuras son partes de las calles.

Aquí nadie tiene miedo, ni a los rayos del cielo cuando las tormentas se avecinan, ni a perder su patrimonio.

“Desde hace años se dice que aquí no podemos vivir, pero míranos. No, aquí lo que preocupa es la falta de servicios, la falta de agua que cae cada que se les da la gana o las calles sin pavimentar, las torres no nos hacen nada, viven al ladito de ellas”, menciona Socorro González, una de las habitantes de la colonia desde hace 20 años.foto2

La opinión es compartida por varios vecinos. El peligro de las torres de electricidad para ellos es nulo.

“Yo recuerdo que no nos dejaban construir acá, pero los terrenos estaban baratos. En ese entonces te hablo de 15 mil pesos y pues, uno por hacerse de su patrimonio, no importa. Aquí no hay barrancas u otra cosas peligrosa, sólo las torres pero no pasa a más”, dice Raymundo, quien asegura ser uno de los primeros en llegar a esta zona que, conforme pasan los años, se acerca más a la junta auxiliar de La Resurrección.foto3

Elia sí le tiene miedo a la electricidad que pasa sobre su cabeza, sobre todo en la noche, cuando parece recorrer con más fuerza o cuando la lluvia amenaza ir acompañada de una tormenta eléctrica.

“Hoy estoy de visita, me he quedado más días con mi hermana–ella es la que vive aquí– y le digo que esto es muy peligroso. Una prima que en Tlaxcala tenía una casa en un terreno similar y aparte por debajo de la tierra pasaba combustible de Pemex, un día explotó todo. Le digo que esto es peligroso”, señala otra, quien prefiere el anonimato.

Al platicar con el par de reporteros, sus hijos aprovechan para correr bajo las torres sin mayor preocupación. Uno de ellos decide escalarla.

“A falta de juegos, pues con eso aprovechan”, agrega la mujer, quien mira a lo lejos a los niños.

“¿No es peligroso que jueguen tan cerquita?”, se les pregunta.

“No, no pasa nada. No les ha pasado nada, son sanos y no siempre andan ahí”, responden.

 

Las grandes contrucciones de la CFE son paso obligado para los habitantes de la colonia. RICARDO RODRÍGUEZ / AGENCIA ES IMAGEN
Las grandes contrucciones de la CFE son paso obligado para los habitantes de la colonia.
RICARDO RODRÍGUEZ / AGENCIA ES IMAGEN

Familias sin escrituras

En 2012 el Ayuntamiento de Puebla regularizó la colonia Ampliación de Bosques de Santa Anita, ya que conforme pasó el tiempo, las construcciones se multiplicaron hasta lograr hacer otra colonia.

El mayor temor de las familias es la falta de escrituras de sus hogares, aseguran, sólo tienen una minuta que indica su propiedad pero carecen de otro documento.

“Nos han dicho desde hace mucho que nos van a quitar porque aquí no se debe vivir. Pero la verdad es que creo son rumores, nadie nos ha dicho nada, hasta nos ofrecieron regularizarnos con escrituras”, señala Fernanda, dueña de una verdulería.

“Nosotros tenemos minutas, escrituras no. Sabemos que no hay que estar aquí pero tampoco nos pueden quitar porque aquí está nuestras casas, toda nuestra vida”, menciona Alejandra, quien apenas se mudó al “heredar” la casa de su mamá.

Un zumbido en el oído, parecido a un panal de abejas en los árboles, está presente día y noche aunque en este asentamiento no hay ninguno.

En su lugar hay cables negros y grandes torres de metal que son los que dan sombra a quienes recorren sus calles.

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