Pese al cambio de dirigencia con la salida de Manlio Fabio Beltrones y la llegada de Enrique Ochoa Reza (clavillazo) a la presidencia nacional del PRI, las buenas noticias no llegan para el tricolor.
El panorama electoral para el expartidazo luce desolador rumbo al 2017 y difícilmente se puede recuperar en lo que resta del año, por lo que el tricolor irá contra las cuerdas en tres elecciones vitales para este instituto político.
Los resultados de las encuestas para el PRI no son nada alentadores. La semana pasada, Ochoa Reza recibió el reporte de varias encuestas realizadas en tres estados en donde habrá elecciones en el 2017 y los números colocan al PRI en el tercer lugar de las preferencias.
En el Estado de México, el cual es básico para el actual grupo en el poder los números son adversos para la causa priista.
En el estado que gobierna Eruviel Ávila, las calificaciones para el gobernador son buenas, la ciudadanía respalda al mandatario, pero la marca anda por los suelos, producto de los pobres resultados del gobierno federal.
El trabajo de Eruviel es el que sostiene al PRI en la lucha electoral, pero las noticias no son buenas, marca contra marca y aún sin candidatos, Acción Nacional aventaja ligeramente al tricolor, pero las cosas se complican cuando se menciona la posibilidad de una alianza entre el PAN y el PRD, lo cual deja completamente fuera de la jugada al expartidazo.
La prioridad para “Clavillazo”, Enrique Ochoa, es evitar a costa de lo que sea, el que se dé una alianza entre amarillos y azules en el estado de México.
Pero esto no es todo, en Nayarit las cosas están más que complicadas para el tricolor.
Roberto Sandoval, el gobernador, es querido y está bien calificado por la gente, pero la marca esta por los suelos.
El tricolor aún sin definir a su candidato esta debajo de Acción Nacional como marca y también del PRD, algo que nunca había ocurrido en aquella entidad.
Lo más grave es que no se ve en el panorama que del PRI pueda emerger un candidato que pueda ser competitivo y dar la cara por el Revolucionario, el cual pasa por momentos difíciles.
La tercera entidad en donde el PRI está en aprietos es en Coahuila, estado emblemático para el tricolor y gobernado por Rubén Moreira, hermano del exgobernador Humberto, quien también fuera líder nacional del Revolucionario.
Las cosas están muy difíciles para el PRI en Coahuila, en donde al parecer la paciencia ya se la acabo a los ciudadanos.
La factura de los excesos de los Moreira la gente se la traslada al PRI, lo cual se suma a la falta de resultados del gobierno federal, lo cual se traduce en una ecuación bastante peligrosa para el tricolor.
El tricolor va a llegar contra la pared en la elección de gobernador en Coahuila y salvo un milagro, se ve francamente difícil que puedan retener el gobierno de aquella entidad.
Para el PRI y para Enrique Ochoa Reza son vitales los triunfos en estas tres entidades, pero más en el estado de México, lo cual puede sellar la suerte del PRI en el 2018.
Ya ni hablar de perder las tres gubernaturas, lo cual sería extenderle su certificado de defunción el Revolucionario.
Y es que Ochoa Reza (Clavillazo) se ha visto bien intencionado, pero parafraseando a un clásico local, “le entregaron al pacientito ya muy enfermito”, es decir, ya poco se puede hacer con un PRI en plena crisis.
Sería terrible para el tricolor perder estas tres elecciones que se avecinan, pero para la mala fortuna del tricolor, los resultados no favorecen a la administración federal, la cual arrastra como en un tobogán al partidazo y a sus candidatos.
El 2017 se ve bastante complicado para el PRI, lo cual prácticamente nadie hubiera podido imaginar, luego de que el tricolor logró recuperar la presidencia de la República, de la mano de Enrique Peña Nieto.