A partir de una dinámica, el docente busca revitalizar el gusto por los libros entre sus alumnos
Por Carlos A. Audirac Camarena
Es un lugar común el referirse al problema de la práctica de la lectura entre los estudiantes universitarios, entre los diversos temas que se abordan en las investigaciones y artículos de opinión se puede encontrar que los estudiantes leen sin entender, leen menos de cinco libros al año, no cuentan con hábitos de lectura, no les agrada la misma, si llegan a leer es por obligación o abordan temas banales, la tecnología los distrae, nadie les inculcó la lectura desde niños, etcétera.
Los profesores podemos tomar como un hecho las anteriores aseveraciones y abandonar la intención de que nuestros estudiantes lean al menos el libro de texto de la asignatura (si se es que se planeó su inclusión en el programa del semestre). En esta entrega deseo compartir con los lectores un ejercicio que he emprendido con mis estudiantes de la asignatura Aprendizaje Organizacional de la licenciatura en Dirección de Recursos Humanos de la Universidad Iberoamericana Puebla.
Con el propósito de recrear el ambiente de una comunidad de aprendizaje en las organizaciones, incorporé un foro de discusión como parte de las actividades del curso aprovechando los recursos disponibles en la plataforma virtual Moodle. El medio que identifiqué para el ejercicio es la lectura de textos cuyo contenido se relacione, ya sea con la metodología para contar historias en las organizaciones, con “novelas o narraciones empresariales” o con historias reales que aborden un tema de aprendizaje. Como primera tarea les solicité que buscaran alternativas en su acervo personal y familiar. Para iniciar el ejercicio, llevé al aula libros con las características anteriores para cada uno de los estudiantes. Este tipo de textos los fui seleccionando durante el semestre previo, algunos de ellos estaban todavía en su empaque plástico.
Una de las primeras reacciones de mis estudiantes fue: “¡Profesor, admiro su valor para prestarnos sus libros!”. Le respondí que lo primero es que confiaba en ellos y que sabía que los cuidarían, los protegerían de cualquier daño y al final del semestre los recuperaría sanos y salvos.
Para formalizar el préstamo y tener algún tipo de control les pedí que se registraran en una hoja con sus datos y los del ejemplar que tomaran. (De alguna manera sirvió, debido a que una de las estudiantes decidió darse de baja del curso y ahora sé cuál es el texto a recuperar o a reponer, en el peor de los casos).
Algunos estudiantes propusieron leer los textos alternativos que habían identificado en un inicio, esto fue favorable para el ejercicio porque algunos de ellos recuperaron la lectura de libros que habían comprado hacía algún tiempo (quizá dos o tres años) y que por alguna razón habían estado postergando su abordaje. Este fue el primer subproducto de este ejercicio del curso.
La mecánica de trabajo consiste en que cada semana, los estudiantes deben iniciar un tópico de discusión en el foro dando seguimiento a la lectura que realizan del texto seleccionado y además reaccionar a los comentarios de mínimo un compañero. Las indicaciones generales fueron: compartir aprendizajes generados a partir de las lecturas realizadas de los textos seleccionados y de los comentarios realizados por los compañeros.
Como comenté líneas arriba, el propósito es experimentar la manera en que una comunidad de aprendizaje podría operar intercambiando información a través del uso de las tecnologías de la información y comunicación. Llevamos dos semanas de haber iniciado con estas interacciones y he identificado diversas aportaciones de los estudiantes; desde la extensión de los comentarios, la estructura de los contenidos, las relaciones establecidas entre la lectura y el tema de la asignatura. Algunos de los estudiantes muestran competencias para la lectura reflexiva y para contextualizar contenidos del texto con respecto al aprendizaje organizacional. Otro subproducto a resaltar del ejercicio es la recuperación de las fórmulas de cortesía con las cuales los estudiantes se comunican con sus compañeros.
El entusiasmo por la lectura es tibio hasta este momento, confío que la comparación que vayan haciendo los estudiantes de sus propias participaciones, vaya incrementando la calidad de los contenidos y los estudiantes nivelen sus comportamientos en este ejercicio de lectura. Mi postura inicial es reanimar el gusto por la lectura en mis estudiantes, debido a que el impacto que tendrá esta actividad en la calificación final es mínimo y lograr que al paso de las semanas y con ayuda de la estructura del foro de discusión se logren avances en los procesos de reflexión y al menos podamos tener un caso de estudiantes universitarios leyendo por gusto, con estructura y comprensión.
Mi invitación es a que los profesores intentemos revertir estas tendencias a abandonar la lectura por parte de nuestros estudiantes. Con creatividad y un poco de trabajo podemos encender el gusto por los libros y apoyarnos en las condiciones favorables que generan los grupos de lectura. Estoy seguro de que los resultados serán gratificantes para todos los involucrados.