Esfera Pública
Por Elias Aguilar
@Elyas_Aguilar / elias.aguilar@indicadoressc.com
A quienes esperaban que el primer debate Clinton-Trump fuera un golpe contundente y definitorio de la campaña presidencial de Estados Unidos, les tengo unas reflexiones con base en las mediciones actuales de los candidatos de nuestros vecinos del norte. Y voy a pedirles que cambien el punto en el que enfocan la mirada analítica.
Tendencia general. Ninguno de los candidatos registra un cambio significativo como resultado del debate. A pesar de que Hillary ganó el encuentro, su mejor desempeño no se concretó en una variación sustantiva en la tendencia nacional.
Imagen. Previo al debate, un 32% de los
estadunidenses tenía una opinión favorable de Donald Trump y 63% desfavorable.
Después del debate, registró un pequeño repunte, aunque no significativo: 35% favorable y 62% desfavorable.
En el caso de Hillary Clinton, la imagen registró menor variación: 41% de los norteamericanos sigue teniendo una opinión favorable y 54% desfavorable.
Intención de voto. En este renglón, la tendencia nacional no registró variación alguna. Previo al primer debate, el promedio de las encuestas realizadas daba una intención a favor de Clinton de 47% contra un 43% de Trump. El promedio en encuestas publicadas el 29 de septiembre mantuvo idénticos porcentajes, es decir, no varió en nada.
Esta tendencia general es engañosa, dado que los estados de aquel país representan diferentes votos electorales, como ya hemos explicado en una columna anterior.
Así que es necesario verificar cómo va la tendencia electoral en los estados que se les denomina “llaves”: aquellos que pueden inclinar la balanza hacia cualquiera de los dos candidatos, dado que históricamente tienen un comportamiento electoral de cambio.
Haciendo un zoom-in a la tendencia electoral en aquellos estados que definirán la elección, vemos una fotografía más clara de lo que está pasando. En esta elección, los números se están inclinando a favor de Hillary Clinton con una intención de voto promedio de 43.7% contra 40.5% a favor de Trump.
Y aquí está lo interesante. Aunque se veía un aumento firme de la tendencia general a favor de Trump antes del debate, con el que los opinadores esperaban que su comportamiento al debatir sepultara a su rival, el resultado fue totalmente distinto.
A favor de Clinton se están mostrando Colorado, Florida, Michigan, Minnesota, Nevada, Nuevo Hampshire, Pennsylvania, Virginia
y Wisconsin. Mientras que a favor de Trump se están inclinando sólo Carolina del Norte, Iowa y Ohio.
A riesgo de sonar reiterativo, subrayo una advertencia: los movimientos en las preferencias electorales en los estados se anulan cuando se calcula una tendencia general, por lo que resulta muy engañoso emitir juicios de resultado electoral con base sólo en la preferencia electoral nacional en los comicios
de Estados Unidos.
Sin embargo, fijándose en los estados que tienen un comportamiento volátil, se puede identificar una tendencia a favor de Hillary que le garantizaría 304 votos electorales, suficientes para que se convierta en la próxima presidenta de los Estados Unidos.
Aún hay que tomar con reserva esta tendencia, pues mucho determinará la actuación de Hillary en el segundo debate presidencial del próximo domingo. Ahí sí, Trump deberá dar un buen giro y sumar más “estados llave” a su favor para ser competitivo; en caso de que los números de ella demuestren un desempeño similar al del primer debate, se enfilará sin lugar a dudas a la presidencia del país más poderoso del mundo.
No olviden cambiar el punto de enfoque. Hay que analizar con nitidez los puntos “llave”.