Mi vida en Bruselas

Por Victoria Hernández

 

El semestre escolar universitario comenzó oficialmente la semana pasada y con ello una de las épocas más interesantes que puede vivir un estudiante belga.

Las universidades belgas cuentan, como en todo el mundo, con clubes y asociaciones de diversos tipos a las cuales los estudiantes se pueden unir para hacer amigos y conocer gente con sus mismos intereses. Existen los clubes deportivos, las asociaciones culturales, musicales y las internacionales, sin embargo, en Bélgica van más allá de las tradicionales y cuentan con un tipo de fraternidad que no existe en ningún otro lado del mundo.

Tal vez se le podría comparar a las americanas, pero las fraternidades belgas son mixtas y no tienen nombres griegos. En cambio, se les llaman “círculos” y sus nombres los denominan dependiendo de la facultad a la que pertenezcan. Existen un sinfín de círculos dependiendo de cuantas carreras tenga la facultad y el número de estudiantes que deseen unirse.

El formar parte de uno de estos círculos no es cosa sencilla, los nuevos estudiantes tienen que pasar por un semestre largo, lleno de pruebas y tareas para poder ser bautizados al final del semestre y obtener su gorra especial con la cual se distinguirán a lo largo de los años.

Para comenzar, los círculos organizan fiestas de lunes a jueves a los cuales todos los nuevos tienen que asistir para ser vistos y conocer a sus “superiores”. A lo largo del semestre serán humillados de manera pública, tratados como esclavos, gritados y deben obedecer a las órdenes de sus superiores (alumnos mayores que ya fueron bautizados).

Visto desde un punto de vista externo, suena como una forma de abuso, y aunque no sobrepasan los límites, es común verlos en los pasillos de la universidad corriendo de un lado a otro, cargando cosas, siguiendo a sus superiores y haciendo ridiculeces.

Esta semana tuvieron las olimpiadas de los nuevos, las cuales consistían en una serie de juegos en los cuales debían cruzar obstáculos, ensuciarse de lodo, beber cerveza y reventarse huevos crudos seguidos de baños de harina. Todo esto con el propósito de empezar a ver quiénes son los débiles y comienzan a renunciar al sueño de ser bautizados. Cabe recalcar que esto sucedió a las 12 del día en el campus y es socialmente aceptado por los profesores.

Sus fiestas estudiantiles son también absolutamente locas. Todas tienen lugar en el campus de la universidad a partir de las 10 PM y se acaban hasta las 5 AM. La vestimenta debe ser informal y de preferencia ropa que se pueda ensuciar debido a que la tradición consiste en comprar cerveza y cuando a uno le queda ¼ del vaso, aventarlo para que le caiga a alguien más.

Cada círculo esta encargado de hacer una fiesta, pero son tantas que cada círculo tiene que organizar fiestas por lo menos tres veces al semestre

Al concluir un semestre de humillaciones y fiesta, los estudiantes son bautizados y se les entrega su gorra especial y su sudadera, la cual se vuelve su uniforme a lo largo de su carrera y al comenzar el siguiente semestre, tendrán la oportunidad de hacer lo mismo que les hicieron a ellos con los estudiantes nuevos.

Estas fraternidades suenan muy locas comparadas con el tipo de asociaciones estudiantiles a las cuales los mexicanos estamos acostumbrados, pero los belgas no solo las aceptan sino que también las apoyan y promueven.

En noviembre el Manneken Pis se vestirá de estudiante universitario con su uniforme de fraternidad y en este día todos los estudiantes de Bruselas harán una procesión desde la universidad hasta el centro de la ciudad, bebiendo cerveza y cantando, a la cual se le unirán adultos uniformados de todas las edades que alguna vez fueron estudiantes para recordar sus días de gloria. No cabe duda que las fraternidades de las películas le quedan cortas a las belgas.

 

 

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