Esfera Pública
Por Elías Aguilar / @Elyas_Aguilar
Los comentarios vulgares y denigrantes sobre las mujeres de Trump en una grabación de 2005, filtrada por The Washington Post el pasado viernes 7 de octubre, parecen marcar
el destino fatal de la campaña del controvertido candidato republicano.
Después de más de un mes de campaña la imagen de Trump presenta señales de retroceso, de acuerdo al tracking diario de Gallup en la semana del 6 de septiembre un 35 % de los electores tenían una opinión favorable y 60% desfavorable del republicano. Para la semana del 29 de septiembre las opiniones favorables bajaron a 32% y las desfavorables crecieron a 63%.
Mientras que Hillary Clinton en la semana del 6 de septiembre registró un 39% de opiniones favorables contra 56% de desfavorables, para la semana del 29 de septiembre las opiniones favorables crecieron a 41% y las desfavorables registraron un ligero descenso al ubicarse en 55%.
Si nos ponemos puristas en términos estadísticos, podemos señalar que los cambios en los porcentajes de opiniones positivas y negativas entres ambos candidatos no son significativos y que se debe al margen de error esperado del tracking de Gallup. Pero si consideramos la relativa estabilidad de las preferencias electorales de aquel país y que las encuestas nacionales hacen imperceptibles los cambios en las regiones podemos asegurar que estos cambios son significativos y que favorecen a la candidata demócrata.
La tendencia del tracking de Gallup es anterior a la filtración de The Washington Post, por lo que la caída del republicano será mayor y más aún si tomamos en cuenta que se da a tan sólo un mes de la elección. Se ve difícil el futuro de la campaña de Trump, los temas de índole sexual son los más corrosivos en la imagen de los candidatos, y aunque en la conversaciones filtradas no hay una relación sexual, sí hay expresiones que muestran a un republicano que considera a las mujeres objetos sexuales, con expresiones despectivas, próximas a un líder de una pandilla y no del país más poderoso del orbe.
La caída en las preferencias electorales de Donald Trump no se verá muy claro en las tendencias electorales de aquel país, por las razones que hemos expuesto anteriormente, pero se verán de manera marcada en la participación electoral de los simpatizantes republicanos, quienes se verán menos dispuestos a refrendar su voto, y que muy probablemente resultará en una marcada diferencia entre lo que decían las encuestas
y el número de los votos que logrará Clinton, es decir tendrá más votos de los esperados.
La reputación de Hillary Clinton no es buena, posiblemente otro candidato republicano con mejor reputación que Trump le hubiera ganado con relativa facilidad, aprovechando los temas controvertidos relacionados con la candidata demócrata, como lo son el uso de
su cuenta personal de correo electrónico para tratar asuntos de seguridad nacional cuando se desempeñó como secretaria de estado, así como la aceptación de donaciones de gobiernos extranjeros y el tráfico de influencias en beneficio de donantes en la Fundación Clinton, hubieran sido suficientes para ganarle a una Hillary desprestigiada.
A menos que el candidato republicano destape algún escándalo de infidelidad de Hillary Clinton, un escándalo de ella y no de su esposo Bill Clinton, se ve muy difícil que Trump pueda ganar la elección presidencial del 2016. Su actuación en el segundo debate del pasado domingo 9 de octubre será una anécdota ante el peso de la filtración de su conversación vulgar y despectiva hacia las mujeres, así como de la pérdida de apoyo de diversas figuras y candidatos republicanos.