Por: Alejandro Juárez
Alejandro Armenta Mier tomó la decisión de optar por el ridículo. Con cifras sin ningún sustento, el amago de iniciar una resistencia civil y votar en contra del presupuesto para Puebla –que no modificaría en nada su virtual aprobación–, el diputado federal montó en cólera porque –dijo– existen 40 millones de pesos retenidos para su distrito, pero nunca desglosó la partida presupuestal en que se encuentran asignados, el proyecto u obra a realizar y los municipios beneficiados.
Peor aún: reconoció que el Nodo Intermodal La Célula, construido en el sexenio de Mario Marín Torres, en donde fungió como secretario estatal y líder del PRI, sí es un elefante blanco y cuya inversión de mil millones de pesos –pese a que el proyecto nunca arrancó y quedó en el abandono– hubieran servido para la construcción de casi dos mil aulas.
Cuestionado sobre el fracaso del multimillonario de La Célula, Armenta Mier se dijo en desacuerdo con que los gobiernos estatales y de la federación gasten con desmesura los recursos públicos en obras innecesarias.
Prueba de ello –según él–, es que se opuso a la construcción del nuevo Museo Nacional de Energía y Tecnología (MUNET) que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) solicitó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). "Así soy yo. Así de congruente. Esa es la respuesta a La Célula", soltó.
El legislador sostuvo, en contraparte, que en el Museo Internacional del Barroco (MIB) se gastaron 18 mil millones de pesos, una cifra desmesurada y que no existe en ningún registro fiscal del gobierno del estado.
Y para colmo: el legislador prefirió montar una protesta en lugar de acudir a la sesión de la Cámara de Diputados. Acudió a la BUAP a ofrecer una conferencia a estudiantes.