Por: Pepe Hanan /@pepehanan  

Muchas veces los propietarios de los equipos profesionales en México terminan, la mayoría de las ocasiones, considerados como los verdugos, culpables y malos de la película.

El caso de los López Chargoy no podía ser la excepción. En los últimos veinte años hemos visto pasar al frente del Puebla de la Franja a personajes como Emilio Maurer, José Abed, Paco Bernat, Ricardo Henaine y López Chargoy, entre otros, la mayoría pasando con más pena que gloria.

Recuerdo que a principios de la administración del gobernador Rafael Moreno Valle la situación del equipo de la Franja era precaria, desde la mala relación que existía por parte del dueño con la nueva administración así como la posibilidad real de que Puebla se quedara sin equipo de primera división, pues la intención del propietario (Henaine) era la de vender al equipo pero a otro estado del país.

En ese momento surgió un empresario que toda la vida había sido aficionado de La Franja y que incluso contaba en ese entonces con una minoría del 5% del paquete accionario del equipo camotero, una minoría en la que no contaba ni con voz ni con voto, lo cual lo imposibilitaba de tomar cualquier decisión.

Era de la familia López Chargoy, encabezada por Carlos Hugo, su hijo Carlos López y su hermano Jesús, quienes habían tomado la decisión de hacer lo que fuera necesario para que Puebla no se quedara sin futbol. Fue así que negociaron con un viejo amigo de Carlos Hugo, el señor Jorge Nacer, propietario en aquel momento del San Luis, y terminaron por comprarle la franquicia con la intención de traerla a Puebla. No importaba si el Puebla se iba, pues al San Luis lo convertirían en el Puebla FC; sin embargo, prácticamente a los ocho días que se dio el anuncio, el señor Henaine decidió que siempre sí estaba en condiciones de venderle el equipo a algún poblano que se interesara, con lo que así evitaría que la franquicia tunera pudiera venir a Puebla, pues al tener la plaza equipo de primera división, se requería de la anuencia de éste para que otra franquicia pudiera jugar en la ciudad de Puebla.

Obviamente, ningún poblano se interesó en adquirir la franquicia y los López Chargoy se vieron en la necesidad de negociar con su “socio” para quedarse con el equipo, por lo que de golpe y porrazo se vieron con dos equipos de primera división en un lapso no mayor a quince días.

Quizás para un empresario con dinero el mayor problema no era hacerse de las franquicias, sino el hecho de poder mantenerlas de manera adecuada, pues ambas, como era de esperarse, estaban llenas de problemas, sobre todo por el hecho de que los derechos de televisión estaban comprometidos y pagados a los anteriores dueños por periodos que superaban incluso los siete años.

Después de esto, surgió el periplo para acomodar al San Luis en una plaza que quisiera tener futbol del máximo circuito, pues a pesar de lo que se crea, no cualquier estado está preparado para tener futbol de primera división debido a las complicaciones tanto de infraestructura como en el tema económico que afecta tanto a particulares como a los mismos gobiernos.

Finalmente, a través de un amigo en común, lograron colocar al San Luis en Chiapas, estado que había recientemente perdido su franquicia a manos de Querétaro y donde el gobernador de ese estado, Manuel Velasco, brindó facilidades para recibir a la nueva franquicia.

Sin embargo y tras los vaivenes políticos y económicos, las cosas se han ido complicando para los Chargoy, lo cual los llevó a verse inmersos en la polémica de adeudos a jugadores, lo que hace poco viable poder seguir manteniendo ambas franquicias, amén de que para el 2018 el tema de la multipropiedad estará prohibida por ley en la Femexfut.

El verdadero problema estriba en la dificultad que representa vender las franquicias tanto del Puebla como la de Chiapas, la cual, por voz de su propietario Carlos Hugo López Chargoy, está a la venta formalmente; es decir, entre los problemas económicos por los que atraviesa el país, así como la complicada posición porcentual por la que pasan ambas escuadras, en especial Chiapas, la gran pregunta sería saber: ¿quién o quiénes le pueden atorar?

Es una situación complicada la que atraviesan estos empresarios poblanos, cuyo único pecado fue tratar de sostener el futbol en Puebla durante momentos de verdadera crisis.

Veremos en que acaba todo este asunto.

Todos transferibles

En lo que refiere al equipo camotero, le comento que se ha dado a conocer la lista de transferibles del Club Puebla que como es tradición tendrá los nombres de todos y cada uno de los miembros del plantel.

Esto no significa que todos se irán, pues es simplemente una estrategia para saber realmente por qué jugadores existe interés por parte de otros equipos.

Sin embargo, no descarte usted la posibilidad de que jugadores como Matías Alustiza, Cristian Campestrini, Robert Herrera, Damián Escudero y Álvaro Navarro pudieran abandonar las filas camoteras en el afán de amortiguar la complicada situación financiera por la que atraviesa el club.

La escuadra estará regresando a los entrenamientos por ahí del día 8 de diciembre para arrancar pruebas físicas y pretemporada bajo el mando de Valiño.

Quizás para esa fecha tendremos un panorama más claro de lo que vendrá para La Franja el próximo semestre.

Lobos BUAP

Los universitarios, bajo el mando de Rafa Puente, estarán regresando este lunes al estadio universitario para iniciar el proceso de pruebas físicas así como la pretemporada, la cual se definirá si se realiza en Puebla o tendrán un paseo por la playa, tal como le gusta al preparador físico Axel Bierbaum.

Se trabaja también en definir qué jugadores permanecerán en el club y quiénes regresarán a sus clubes de origen, así como determinar qué jugadores se pretende traer durante el próximo draft de piernas.

Nosotros como siempre seguiremos en línea.

Hasta la próxima.

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