Historias de un joven reportero

Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizPue

Un Gran Jurado exoneró en noviembre de 2007 al ex gobernador Mario Marín del mayor escándalo político en la historia de Puebla: la detención arbitraria y la violación a los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho.

Gracias a la protección que le brindó Enrique Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México, y el ex presidente Felipe Calderón, el naciente Góber Precioso logró que seis de 10 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo exoneraran por los delitos cometidos en contra de la escritora.

De manera inverosímil, el Gran Jurado de México perdonó a Marín.

Casa Jurado, por increíble que parezca y como un tributo a la ignominia, es el nombre con el que Marín bautizó a su nueva destiladora de tequila. Sí, el mejor amigo de Kamel Nacif ya cambió su gusto del francés coñac por el mexicano tequila.

La destilería preciosa, que forma parte del vasto patrimonio que el ex mandatario amasó durante su corrupto sexenio, elabora tres versiones premium de tequila: blanco, reposado y añejo, además de la crema de tequila Toncha, que el propio ex gobernador hace llegar en estas fechas navideñas a los pocos incondicionales que aún le quedan en libertad o que aún le son fieles.

Casa Jurado está ubicada en el número 183, de la avenida 5 de Mayo, en la colonia Analvo, en Guadalajara, Jalisco. Su fanpage en Facebook resalta que en la destilería de Marín son “conscientes y respetuosos con nuestro medio ambiente (sic)”, frase que resulta una puya tras la detención de Francisco Castillo Montemayor, ex secretario de Medio Ambiente, quien ya ve pasar los días desde una celda del penal de San Miguel tras ser acusado por el desvío de cerca de 40 millones de pesos en el sexenio anterior.

Una vez más, las dudas sobre la mal habida riqueza de Marín Torres se ciernen sobre sus hombros: ¿Con qué dinero el ex gobernador pudo comprar una destilería premium? ¿De dónde salió el capital para invertir en este nuevo pasatiempo si no se le conoce otra actividad empresarial más que su notaría? ¿En qué otros negocios el priista tiene participación para blanquear el dinero que obtuvo a su paso por el gobierno poblano?

Aunque el PRI de los Enriques, Peña Nieto y Ochoa Reza, han emprendido una campaña en la que enarbolan la bandera de la anticorrupción, casos como el del Góber Precioso tiran por la borda la nueva línea discursiva del partidazo que pelea por no hundirse como la tercera fuerza nacional en las elecciones del 2018 y alargar su inevitable proceso de extinción.

Y es que, Enrique Ochoa, antes de retar a debatir a Andrés Manuel López Obrador sobre temas de empleo, necesita echar un vistazo al interior de su partido y empezar por exigirles a los ex gobernadores y lastres del tricolor como Marín, Ulises Ruiz, Fidel Herrera y Humberto Moreira hacer públicas sus declaraciones patrimoniales si es que realmente quiere rehacer la desgastadísima imagen del Revolucionario Institucional.

Off the Record: Tras un par de encarnizados rounds en los que ambos pedimos esquina, mi amistad con Mario Alberto Mejía superó la prueba del ácido.

No podía ser de otra manera.

A pesar de ser de diferentes generaciones, muchas coincidencias y similitudes nos unen en el andar de este ingrato medio. En febrero próximo se hará un año de haber ondeado la bandera blanca. Varios mezcales fueron testigos de la tregua. Desde ese entonces, nos convertimos en cómplices y grandes amigos.

Se dice fácil, pero no lo es.

Querido Mario, desde estas líneas agradezco tu amistad, tus consejos, tus enseñanzas y la oportunidad de trabajar contigo y colaborar en 24 Horas Puebla.

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