Bitácora
Por: Pascal Beltrán del Río / @beltrandelrio
El año que termina marcó un antes y después en el camino de la sucesión presidencial.
El partido del gobierno sufrió el peor descalabro de su historia en elecciones locales.
De las 13 elecciones de gobernador que hubo este año (incluyendo la extraordinaria en Colima), el PRI perdió siete; de ellas, cinco fueron en entidades donde jamás había sido derrotado.
El resultado provocó la caída del presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien fue sustituido el 12 de junio por Enrique Ochoa Reza, exdirector general de la CFE.
Beltrones había sido un aspirante natural a la candidatura del PRI en 2018 y si bien sus posibilidades de alcanzarla no se han esfumado, eso parece muy complicado después de lo ocurrido en los comicios estatales del 5 de junio.
En una decisión en la que fue fundamental la opinión del presidente Enrique Peña, el PRI eligió como su líder a un hombre que parece hecho para competir mediáticamente con el joven y enjundioso jefe nacional panista, Ricardo Anaya.
Otro cambio importante en la carrera presidencial fue la renuncia del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, lo cual dejó al titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, como puntero de los aspirantes priistas.
Pero las malas noticias en el PRI no terminaron con la jornada electoral de mitad de año. Ahora enfrenta el desprestigio público por la actuación de sus gobernadores en muchas de las entidades donde éstos concluyeron su gestión, principalmente en Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua y Durango.
La persecución penal de exmandatarios estatales golpea asimismo al PAN, pues el sonorense Guillermo Padrés Elías fue ingresado en el Reclusorio Oriente, el 10 de noviembre pasado, acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero.
Acción Nacional también ha enfrentado una polémica interna por la inconformidad de dos de sus aspirantes a la candidatura presidencial, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle, con el uso que ha hecho Anaya de los spots institucionales del partido, en los que, a juicio de ellos y un grupo de 18 personalidades panistas, ha impulsado su propia imagen.
A diferencia del PRI y Morena, que serán sus principales rivales en la contienda que tendrá lugar en año y medio, el PAN seguramente deberá decidir quién será su candidato en una elección interna, como ha sucedido en las últimas dos ocasiones. La última vez, ésta se llevó a cabo en febrero del año de la elección, por lo que, de no haber un acuerdo entre aspirantes, la lucha interna entre Ricardo Anaya, Rafael Moreno Valle y Margarita Zavala se prolongará todo 2017.
En cambio, el PRI no batallará con la designación, pues ésta se dará por la vía de la “candidatura de unidad” en la que, nuevamente, pesará de forma decisiva la opinión presidencial.
No obstante, el tricolor se juega la vida en los comicios de gobernador en el Estado de México este 2017. Como he escrito aquí antes, si los pierde puede irse despidiendo de Los Pinos en 2018 e incluso pondrá en duda su viabilidad como partido político. Tampoco Morena tendrá algo que se parezca a una elección interna. No será sorpresa para nadie que su abanderado para la Presidencia en 2018 sea Andrés Manuel López Obrador, pues, de hecho, el partido fue fundado justamente para eso. El tabasqueño ha tenido un buen año. Encabeza muchas de las encuestas de intención de voto y su organización tuvo buenos resultados en algunas de las entidades con elecciones en 2016, como Veracruz, Oaxaca y la Ciudad de México.
Aun así, López Obrador enfrenta varios obstáculos en el camino hacia Los Pinos.
Primero, Morena no es suficientemente conocido aún. La mayoría del electorado sigue identificando a López Obrador con el PRD. Segundo, la estructura en tierra de Morena no logra aún competir con las que tienen el PRI y el PAN. La carencia de ella ya ha afectado a López Obrador en sus intentos anteriores por llegar a la Presidencia. Tercero, una izquierda desunida significa una resta para el tabasqueño. Si el PRD presenta su propia candidatura, podría robarle el margen para ganar. Y cuarto, como se vio este año, Morena sigue mostrando debilidad en los estados que siempre gana el candidato que llega a Los Pinos.
Termina 2016 y comienza 2017, el año previo, la antesala de la contienda presidencial.
