Llorar por lo perdido y no saber cómo se perdió
Ahora que los huarachito venceremos y los integrantes del PRI-Pack convirtieron en un deporte la defensa del minúsculo grupo disidente panista, encabezado por distinguidos priistas de clóset, que hizo el rídiculo en la pasada asamblea estatal, hay varias preguntas que no tienen respuesta: ¿Qué fue de Humberto Aguilar Coronado, quien primero vino a azuzar la revuelta y luego desapareció? ¿Cuántos recursos lleva perdidos Hilario Gallegos en su cruzada contra el morenovallismo? ¿Hasta cuándo se pondrán al corriente los panistas deudores de cuotas? ¿Alguien en su sano juicio cree en las denuncias de los yunquistas? ¿Será?
Anaya y la mala fama
Pese al intento desesperado de Ricardo Anaya Cortés por darle vuelta a la penosa página que exhibió su sospechosa vida de lujos y su obsesión por montarse de la estructura del PAN para hacerse de la candidatura presidencial, no hay columnista nacional ni periodista que cada día critique duramente el empecinamiento del queretano. Lo peor: la mayoría coincide en que el líder nacional se dirige al mismo destino de Roberto Madrazo Pintado y a fracturar a su propio partido. Todos lo saben, menos Ricardo Anaya. ¿Será?
Fracaso educativo
Los resultados arrojados por la prueba Planea sobre las escuelas privadas de Puebla son demoledores. La conclusión a la que se llega es que resulta un mito la relación entre costo de colegiatura y calidad educativa. Es más, instituciones de menor renombre y cuotas no tan altas se ubicaron en mejores sitios que aquellas altamente conocidas y que en algún momento fueron identificadas como de excelencia. La otra conclusión es que estas últimas escuelas han logrado sobrevivir de la fama que alguna vez tuvieron, pero que en la actualidad no han podido ratificarla con una prueba estandarizada y aplicada por un organismo independiente. Esto nos lleva a un paso más: que los padres de familia cuenten con canales certeros de información para la toma de decisiones. ¿Será?
El SNTE y el riesgo
La suerte está echada: Emilio Salgado Néstor y Jorge Luis Barreda de la Rosa, dirigentes de las secciones 23 y 51 del SNTE, se encuentran presos de sus propios intereses y errores. Pese a que el Comité Ejecutivo Nacional pretende mantener a raya cualquier injerencia externa, los líderes magisteriales tienen demasiados compromisos con las autoridades locales y pretende ceder a sus presiones. Lo han hecho siempre. No hay mayor sorpresa. ¿Será?
