Más de una treintena de organizaciones se disputan el control del emblemático mercado, lo que representa una permanente pugna con las autoridades; además, la falta de de trabajos obliga a un sector de la población a elegir el ambulantaje  como opción

Por Guadalupe Juárez  

En San Martín Texmelucan 31 organizaciones de vendedores ambulantes pelean, discuten, invaden y se desbordan todos los días por un espacio en el tianguis del lugar –el más grande de América Latina– y las principales calles del Centro de la centenaria ciudad.

No existen datos de cuántos expendedores operan, pero lo que sí se sabe son las cuotas que los líderes reclaman por un lugar: de 15 a los mil pesos en un día de jornada normal, pero sí es época decembrina pueden ascender hasta los 35 mil pesos.

¿Por qué los expendedores decidieron infestar las calles de San Martín Texmelucan? Investigadores tienen la respuesta a esta situación: 85% de los expendedores callejeros considera que es mucho más rentable la informalidad.

De acuerdo con el estudio Repercusiones Fiscales del Sector Informal en San Martín Texmelucan, Puebla, realizado por Esmeralda Aguilar Pérez y publicado en la Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo, con una inversión de mil pesos pueden obtener una ganacia hasta siete veces mayor, además de que los vendedores tienen una predisposición a esa actividad, condicionados por falta de empleo, la edad, la escolaridad y experiencia laboral.

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Pero a los problemas de contaminación, asaltos, tráfico desquiciante y millonarias pérdidas en negocios establecidos ahora se suma uno más: el Ayuntamiento de San Martín Texmelucan está a punto de ser destituido –Cabildo y presidente municipal– y embargado si es que no paga la cantidad de  543 millones de pesos. La orden no fue emitida por cualquier juzgado sino por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que consideró que el predio de 18.5 hectáreas donde se asienta el tradicional tianguis nunca fue liquidado a los 23 ejidatarios propietarios originales del terreno.

Mejor trabajo, en las calles

Cerca de las siete de la noche en la calle Morelos, después de una jornada de trabajo que inició a las ocho de la mañana, Ulises Castañeda –como dice llamarse– guarda en su camioneta las pacas de ropa que no vendió, aunque mañana “será otro día porque siempre me va bien”.

De acuerdo con el estudio antes citado, las personas consideran dedicarse al ambulantaje debido a la falta de empleo, la edad, la escolaridad y la falta de experiencia.

Como Ulises, por ejemplo, quien tiene 18 años y aunque terminó la secundaria no encontró trabajo porque lo único que sabe hacer es vender, y para ello la calle no le pide requisitos.

A lo anterior se suma que el pago de impuestos que disminuye sus ingresos, por lo que no ven beneficio social o desconocen el destino de los mismos para el gasto público municipal.

 Desempleados de grupos vulnerables ven el comercio informal como una manera “fácil” de obtener dinero. / ARCHIVO
Desempleados de grupos vulnerables ven el comercio informal como una manera “fácil” de obtener dinero. / ARCHIVO

O pagas o no vendes

Quien se dedica a vender en la calle debe rendir cuentas y aunque no pague impuestos si eroga una cuota, no sólo al Ayuntamiento sino al líder de la organización a la que pertenezca porque si no forma parte de ninguna no pueden trabajar.

“Aquí hay varios líderes. Debes pagar cuando vendes alrededor del mercado ‘Domingo Arenas’ porque los espacios le pertenecen a distintas agrupaciones de ambulantes, que son las mismas que controlan el tianguis y ya ellos se encargan de pasar la cuota a los del Ayuntamiento”,  comenta un comerciante que prefiere no dar a conocer su nombre, mientras baja su gorra azul de forma que no se pueda recordar su rostro. También señala que los conflictos entre los dirigentes de las organizaciones generaron grupos de choque encargados de mantenerlos informados.

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En esto coinciden al menos cuatro vendedores más, pero evitan decir a qué agrupación pertenecen, excepto cuando piensan que quienes preguntan forman parte de un partido político porque esperan recibir algo a cambio.

“¿Vienes de algún partido político para las campañas? Para que te contesten, porque nosotros necesitamos que nos ayuden”, dice una señora que vende fruta en una esquina.

—¿Qué tipo de ayuda necesitan?
—Pues que nos dejen trabajar porque de la calle vivimos, y eso viene desde nuestros ancestros, el comercio es una forma de vida aquí en San Martín Texmelucan; el gobierno no puede luchar contra eso —afirma la vendedora.

 

Comerciantes entrevistados indican que la vocación mercantil es una tradición heredada, debido a la convergencia de caminos hacia la capital mexicana. / ARCHIVO
Comerciantes entrevistados indican que la vocación mercantil es una tradición heredada, debido a la convergencia de caminos hacia la capital mexicana. / ARCHIVO

Cuotas para todos los bolsillos

Las cuotas para trabajar en las calles del Centro Histórico dependen de la agrupación a la que pertenecen; por ejemplo, la Organización “Emiliano Zapata”, de Alberto Amaro Corona, a decir de los comerciantes, es la más barata, pues el precio oscila entre 10 y 15 pesos, sin importar el tipo de mercancía a vender o el espacio que se ocupe.

En el tianguis semanal que se lleva a cabo todos los martes, organizaciones como la Federación de Comerciantes, Colonos y Campesinos de los Estados de Puebla y Tlaxcala (FCCCEPT) cobra hasta mil 500 pesos por lugar, aunque en temporadas altas –como Navidad y Día de Reyes– el espacio se puede cotizar hasta en 35 mil pesos por día.foto2

“Hay zonas que son de mayor competencia, por ejemplo en lo que es conocido como El Carril es de 800 pesos al día. Dicen que es zona federal y por eso no podemos ocuparla, pero los dirigentes saben cómo; ellos se arreglan y el martes todos podemos vender sin ningún problema, quizás esa sea la ventaja de ser parte de una organización”, revela un adulto mayor que se dedica desde hace 45 años al comercio en el tianguis, y los demás días en las calles del Centro.

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Aunque los pagos generados por los comerciantes en San Martín no sólo implican el “permiso” de los dirigentes para ocupar un espacio también deben dar una cantidad extra para cubrir gastos de energía eléctrica, seguridad –hecha por las diferentes organizaciones– y una credencial que sirve como una forma de acreditación, una manera de saber a cuál de ellas pertenecen.

“Las credenciales, que son parecidas a las de elector, son una forma de que los que vigilan sepan que somos de una u otra agrupación y que no invadimos lugares que no nos corresponden”, indica otro vendedor de la calle Morelos, quien titubea y dice que su nombre es “Marcos”.

Los costos de las credenciales, según versiones, oscilan entre 200 y 500 pesos.

“La credencial, los pagos de luz, del espacio, más las sanciones por no ir a manifestarnos ante una problemática. Pasan lista precisamente con la credencial. Pueden ser dos mil pesos por no acudir, pero por eso cumplimos, no queremos problemas y no nos conviene”, menciona Luis, sin decir su apellido para evitar represalias.

Se instala el tianguis de San Martín

Los que mandan

Las organizaciones que controlan el tianguis y los espacios en las calles de San Martín Texmelucan son:

La Federación de Comerciantes, Colonos y Campesinos de los Estados de Puebla y Tlaxcala (FCCCEPT), a la que se unieron la Agrupación “13 de Abril”, Agrupación de Comerciantes “19 de Septiembre”, Agrupación de Comerciantes “20 de Noviembre”, Agrupación “Luis Donaldo Colosio”, 2da Sección; Agrupación de Comerciantes del Valle de Texmelucan (ACVT) de la Manzana 1 y la mitad de la 2; Alianza de Comerciantes, Comerciantes Zona Acatex, Organización “Che Guevara”; Organización de Artesanos y Alfareros de Tenayecac,  Agrupación de Comerciantes “Emiliano Zapata” y Organización de Comerciantes Francisco Villa.

El Círculo de Organizaciones Populares (COP), que asesora a la Agrupación 19 de Septiembre y a la Organización “José Ángel Conchello”.

Por el número de agremiados le siguen la “Josefa Ortiz de Domínguez”, “Luis Donaldo Colosio” 1ra Sección, y Antorcha Campesina, que lidera la Manzana 3 y la mitad de la 2 de la ACVT, Agrupación de Comerciantes frente a Bomberos y la Agrupación “5 de Mayo”.

Por otra parte, se consideran como autónomas la “Benito Juárez”, Agrupación “Puente Morelos”, Agrupación “Xicohténcatl”, Comerciantes de Mayoreo y Menudeo de Frutas y Legumbres, Comerciantes Unidos de Texmelucan, Confederación Nacional Campesina; Frutas y Legumbres de Tlaxcala.

Así como los Introductores y Productores de Frutas y Legumbres del Valle de Texmelucan, Introductores y Productores del Campo de San Juan Tetla “José María Morelos y Pavón”, Organización Nuevo Milenio, Organización San Agustín Atzompa y San Juan Tetla, UCIPPCAM, Unión de Comerciantes Independientes, Unión de Introductores de Frutas y Legumbres “Miguel Hidalgo”.

Además de los comerciantes, se han unido los carretoneros –que cargan y trasladan la mercancía de comerciantes y compradores– en la Agrupación “13 de Abril” (FCCEPT), así como la Unión de Estibadores “Hombres Fuertes” (COP) y Estibadores “Expresión Democrática”.

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Conflictos entre ambulantes y ciudadanos por las calles

“San Martín no sólo es el  tianguis”. La frase es repetida una y otra vez por el presidente municipal Rafael Núñez Ramírez.

Bloqueos de calles. Protestas. Peleas. Robos. Comercio informal.

Los problemas en la demarcación que gobierna no cesan.

Ante una serie de problemas como la invasión de espacios, conflictos entre organizaciones y violencia en la zona, el Ayuntamiento texmeluquense acordó una serie de reglas con los vendedores del tianguis, con la finalidad de mejorar la convivencia entre agrupaciones.

Los comerciantes podrán instalar sus estructuras a partir de las seis de la tarde del lunes, para que en los primeros minutos del martes puedan acomodar los productos que venderán y a las cuatro de la mañana iniciar la actividad comercial de manera formal.

Desde que reubicaron el tianguis del Centro Histórico en la zona de San Lucas Atoyatenco –para lo que el gobierno expropió nueve hectáreas que correspondían a la antigua Hacienda de San Damián– comenzaron los conflictos por los lugares entre las distintas agrupaciones de comerciantes ambulantes.

Las disputas por el control del tianguis son principalmente entre el FCCCEPT, dirigido por Manuel Valencia, y Martín Gallo, de la ACVT, quienes pelean desde 2008 una superficie de cinco hectáreas por las que han generado actos de violencia, protestas y cierre de vialidades.

Por su parte, los dueños de la superficie utilizada para instalar el tianguis interpusieron amparos, a lo que la SCJN emitió un fallo que obliga al Ayuntamiento de San Martín a pagarles una cantidad de 543 millones de pesos.

Desde 2008 la pelea por el control del tianguis ha generado actos de violencia, protestas y cierre de vialidades. / ARCHIVO
Desde 2008 la pelea por el control del tianguis ha generado actos de violencia, protestas y cierre de vialidades. / ARCHIVO

Interviene gobierno del estado

Frente a este escenario, el gobierno municipal no ha podido mediar ni resolver los conflictos, lo cual ocasionó que las autoridades estatales intervinieran en 2012 con la implementación de un programa denominado No te Pases de la Raya, que consiste en que los tianguistas respetaran los espacios, con lo cual buscaban terminar con las diferencias entre comerciantes.

Sin embargo, las agrupaciones de comerciantes no cumplieron con los acuerdos, y de nueva cuenta se registraron incidentes violentos dentro del tianguis.

Se instala el tianguis de San Martín

Las calles del Centro Histórico no son la excepción de los conflictos: los comerciantes establecidos exigen a las autoridades que retiren a los informales, y ante los operativos realizados los vendedores respondieron con protestas, además de regresar a la vía pública.

“No se tolerará la presencia de vendedores ambulantes”, dice una cartulina fluorescente dentro de una farmacia ubicada en la calle Morelos –la cual fue embellecida el pasado 27 de agosto por el Ayuntamiento– pero a un día de ser inaugurada las obras los comerciantes informales volvieron a ocupar las calles.

“Es un trabajo como cualquier otro. Tenemos derecho. Pagamos por estar aquí y no nos pueden quitar”, asevera de manera categóricaun vendedor de artículos para celulares mientras guarda en la bolsa izquierda de su pantalón de mezclilla un fajo de billetes.

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