Los Guisantes de Mendel

Por Victor Florencio Ramírez Cabrera

Cuando estaba por entrar en vigor el nuevo costo de la gasolina, el Secretario del Medio Ambiente dijo que, entre los beneficios del gasolinazo estaba una menor emisión de contaminantes y por lo tanto había beneficios ambientales. La realidad es que al aprobar la reforma fiscal y la ley de ingresos 2017, la implicación ambiental del IEPS pasó de noche. La declaración parece más un justificante que una razón.

Pero ¿en verdad funciona como inhibidor del consumo el IEPS? En realidad no o el efecto es marginal, pues el consumo de gasolinas no ha bajado en el país. Aunque tal vez se haya desacelerado, el consumo crece[1] igual que el ritmo de compra de autos, que no para de crecer desde 2009[2]. Como inhibidor el IEPS no es tan efectivo.

Como recaudación simple es claro que funciona y este año recaudaría unos 280 mil millones de pesos. Pero en materia ambiental no incide, pues ni siquiera hay un porcentaje del IEPS etiquetado a transporte público, mitigación de gases de efecto invernadero o transición energética.

Sin embargo, socialmente hablando, el subsidio a los combustibles si tiene efectos negativos. Artículos escritos al interior del CIDE [3] [4] y del INECC[5] han demostrado que los más beneficiados por el subsidio a los combustibles son los ricos. Más de la mitad del subsidio a los combustibles se va al tanque de los autos de los tres grupos más ricos del país (quintiles) pues son los que más consumen gasolina.

Ahora, quien más consume gasolinas y paga impuestos derivados del IEPS son los ricos, mientras que el impuesto que pagan los pobres es marginal (lo hacen indirectamente al usar transporte público) y los programas sociales (que son financiados por impuestos) sólo se dan a los pobres. O sea: mientras menos impuesto se le cobre al rico, menos posibilidades hay de dar programas sociales a los pobres. El problema es que a menor recaudación sí se afecta los programas sociales, pero mayor recaudación no garantiza mayor inversión social y, peor, los programas sociales en México no han ayudado a superar la pobreza, sino que crean clientelas (pensiones a adultos mayores y entregas de recursos en efectivo a fondo perdido). Sin embargo, mantener las gasolinas baratas por subsidio o bajo impuesto termina beneficiando más a los más ricos.

En otras palabras, si alguien les promete gasolinas a cinco pesos o muy por debajo del valor de mercado, está prometiendo regalos millonarios a los más ricos.

Ahora, aunque en los hechos por el momento no lo es ¿El IEPS podría ser solución ambiental?

Posiblemente, de dos formas: primera, llevando el costo de la gasolina hasta un nivel prohibitivo, que tendría un impacto económico brutal o, la otra forma, aplicando lo recaudado por el IEPS o una parte importante de este en transición energética y transporte público eficiente y de alta calidad, que al ser el que usa el 80 % de la población y prácticamente el 100 % de los pobres, tendría además un efecto social benéfico.

Este año, por ejemplo un programa piloto del gobierno federal buscará invertir 800 millones de pesos para 16 mil acciones como techos solares que pueden dar energía gratuita por unos 30 años a sus usuarios. Si se invirtiera la décima parte del subsidio anual que aplicó Calderón a la gasolina, pero en un programa como el mencionado, se podrían financiar unos 200,000 techos solares para la gente con menos ingreso ¿Se imagina que aplicáramos los 5,000 millones de dólares que cuesta una refinería en energía renovable? ¿Se imagina invertir el costo de los segundos pisos gratuitos, que promueven el uso del auto, en crecer la red del metro? Eso sería mejor en términos sociales, económicos y ambientales.

Finalmente, en el asunto ambiental el rumbo es dudoso, no sólo por parte del gobierno en turno sino incluso de la oposición. Es curioso que los mismos que se oponen al fracking por causas ambientales sean los que insistan una y otra vez en construir refinerías con cargo al erario, que significan invertir para contaminar y con la intención de hacer más barato contaminar ¿en serio queremos eso?

El asunto ambiental no es, pero puede ser uno de los beneficiados del gasolinazo. Desafortunadamente el esquema de este año no lo es y, por otro lado, ni el gobierno ni la oposición (ni los que protestan) están viendo esa posibilidad. Lamentable.

Mañana el cuarto y último artículo de esta serie  sobre el gasolinazo.

 

[1] http://www.scielo.org.mx/pdf/etp/n32/n32a5.pdf

[2] http://eleconomista.com.mx/industrias/2016/01/06/despues-decada-ventas-autos-baten-record-2015

[3] http://www.nexos.com.mx/?p=15457

[4] http://www.nexos.com.mx/?p=15332

[5] http://www.inecc.gob.mx/descargas/dgipea/ine-tran-pc-02-2011.pdf

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