Aunque el muro surtirá efecto hasta dentro de dos años, lo que preocupa de inmediato son las deportaciones, advierte el presidente de la Cámara Migrante en Los Ángeles
Por Álvaro Ramírez Velasco
En su ambición por deshacerse de los indocumentados, el presidente de Estados Unidos, Donald John Trump, desatará una virtual “guerra civil”, con la polarización de la sociedad y un enfrentamiento cultural y generacional, entre quienes llegaron sin papeles y quienes ya son nativos o ciudadanos, incluso de la misma familia, advirtió el líder migrante poblano Carlos Orea Alonso.
“Creo que se aproxima una guerra civil. Como en 1861, en la guerra de la secesión, cuando se separaron los 11 estados del norte con el sur... Va a haber una total división. Está poniendo a pelear a familias, a hijos contra padres, padres contra hijos. Tristemente, a muchos de nuestros jóvenes ya no tienen esa sensibilidad de pensar que sus padres y sus abuelos son o llegaron sin documentos”, dijo en entrevista con 24 Horas Puebla.

Luego de la firma de las acciones ejecutivas para la construcción del muro, incrementar el número de agentes de la Patrulla Fronteriza, los centros de detención y la amenaza de acabar con las “ciudades santuario”, Orea Alonso advirtió que puede volverse realidad el negro escenario de deportaciones masivas de mexicanos y poblanos.
El presidente de la Casa del Migrante Poblano en Los Ángeles consideró que en el corto plazo no se sentirán los efectos por el muro en los tres mil 152 kilómetros de la frontera México-EU que pretende construir el magnate, pero sí las consecuencias de las otras acciones que decretó.
“El muro tiene un proceso que no va a tomar efecto hasta dentro de un par de años, pero lo que sí va a tomar efecto es la aplicación de las deportaciones, porque se va a meter a las grandes compañías, en donde labora mucho latino, mucho indocumentado... Ahí pueden venir las deportaciones masivas”.
El migrante poblano advirtió que las redadas y una virtual cacería de indocumentados podría incluso extenderse a las “ciudades santuario”, aquellas que se niegan retener en las cárceles a los indocumentados para luego ser entregados a los agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE).
“Existen más de 160 condados considerados ‘ciudades santuario’, ciudades grandes como Nueva York, Chicago y Los Ángeles, el mismo Washington, a las que le va a pegar el anuncio de Trump de que va a congelar todos recursos federales que se puedan canalizar para la defensa de los derechos civiles”.

México necesita ser más enérgico
En la ciudad de Puebla, en donde está como parte de sus actividades personales, Orea advierte que entre todos los poblanos y mexicanos que viven en Estados Unidos, hay la sensación de que “a México le hace falta una posición más fuerte, más contundente, más digna, como la tiene China”.
Lo mismo en materia económica, como socio y, principalmente en la defensa de los migrantes que están allá.
Se agrava, reiteró Orea, con las diferencias entre los mismos connacionales y latinos, que tienen distintas posiciones respecto de las acciones de Trump hacia los indocumentados, dependiendo de la generación a la que pertenezcan o a la condición migratoria que tengan.
Si son nacidos en territorio estadunidense, si son ciudadanos o si tienen documentos en regla, en ocasiones ya no son solidarios con los llamados “no autorizados”, sin papeles.
Esta desvinculación de muchos ciudadanos de origen mexicano se reflejó en el crecimiento y luego triunfo que Trump tuvo en California, en donde comenzó con apenas 8% y llegó hasta 29% de aceptación, relató Orea desde su experiencia personal en Los Ángeles.

¿Qué le pareció la cancelación que anunció Peña de la visita que haría a Trump?
—Es una buena decisión, porque no tenía la menor oportunidad de ir a negociar nada. Desde un principio le quedó claro al presidente Enrique Peña Nieto, de que Trump vino a apedrearle (en septiembre de 2016 con su visita como candidato a México) Los Pinos, la casa presidencial, y a decirle, voy a construir el muro.
“Se lo dijo en su cara, se lo dijo en rueda de prensa, y entonces Enrique Peña Nieto no reaccionó, lo hizo ya cuando se fue el güero y dijo que nosotros (los mexicanos) no vamos a pagar.
“Que no vaya significa que es un punto a favor del gobierno mexicano. La decisión favorece a México, pero se dio muy tarde, Peña debió cancelar antes”.

