Por Serafín Castro
Tras rechazar las políticas discriminatorias del presidente Donald Trump, la Universidad Iberoamericana de Puebla se comprometió a asesorar y orientar académica y jurídicamente a los estudiantes que sean deportados o que retornen de los Estados Unidos acerca de su estatus migratorio.
“Rechazamos las medidas o políticas que discriminen o excluyan a cualquier persona, y nos preocupa especialmente la situación de la población inmigrante en Estados Unidos, entre ellos las y los estudiantes sin documentos”, reza el comunicado firmado por siete instituciones miembros de la Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL)

A través de dicho comunicado, la Universidad Iberoamericana de Puebla se sumó a las medidas implementadas por el sistema de colegios jesuitas, bajo el argumento de que “la condición migratoria es una medida administrativa que jamás podrá anteponerse o restringir los derechos universales a la igualdad y la educación”.
El texto, que aparece firmado por el rector de la Ibero Puebla, Fernando Fernandez Font, entre otros, señala que “los espacios universitarios deben ser de encuentro e interacción, nuestra misión es tender puentes, por lo que rechazamos los muros aislantes”.
Los recortes de dichas instituciones afirman que el papel de las universidades es contribuir para generar una conciencia de pertenencia a una ciudadanía global, “a través de la integración del estudiantado, con el objetivo de hacer tangible la pertenencia a una misma humanidad”.
Por tal motivo, señala el texto, las universidades se comprometieron a cuidar el proceso de llegada e integración de los alumnos que sean repatriados de los Estados Unidos.
Entre los colegios firmantes se encuentran la Universidad Loyola del Pacífico, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) de Guadalajara, y los campus León, Puebla, Torreón y Tijuana de la Universidad Iberoamericana.
