Los chupaductos han hallado la manera de comerciar la gasolina que extraen de manera ilegal fuera de la franja de robo de combustible; el precio por litro: 12 pesos

Por Guadalupe Juárez

Armando primero compró un galón de 20 litros de gasolina robada para su camioneta, hoy vende decenas de ellos a sus clientes en su taller mecánico en la colonia San Pedro al norte de la ciudad de Puebla.

Por las noches estaciona su camión de carga frente al departamento que renta y por la madrugada aprovecha que no hay gente en la calle para vaciar los contenedores de su vehículo y meterlos al patio, lugar donde a las personas que “le dan confianza” les vende a 12 pesos el litro de diésel y Magna, combustible que asegura “no daña el motor” porque es igual al de las “gasolineras”.

“Tú mándame un whats y listo, hacemos trato. La gasolina que vendo es la misma, como si la compraras en la gasolinera, no daña el motor”, les dice a sus clientes y amigos cercanos al asegurarles que es un mito que el combustible esté sin procesar en los ductos.

En caso de que desconfíen, les ayuda a “colarlo” para retirar residuos, pero les insiste en que a él ya se la venden preparada, por eso no es más barata como en otros municipios, donde hasta la encuentran en cinco o seis pesos.

Hay ocasiones que Armando –como le llamaremos al vendedor de combustible robado– llena en su propio taller los tanques de los vehículos, cuando sus cliente los llevan a revisar y aprovechan para comprarle gasolina.

Si el cliente desea hidrocarburo, tendrá que acordar ir por los galones en la noche a su casa y, en caso de ser comprador frecuente, su propio galón vacío que le será cambiado por uno con 20 litros de combustible.

Personas que le han comprado gasolina aseguran que no notan la diferencia entre usar hidrocarburo robado y el que cargan en una estación de servicio de Petróleos Mexicanos, con excepción del precio.

En la capital del estado el precio de Magna se ubica en 15.78 pesos el litro, de Premium 17.55 y el del diésel en 16.85 pesos; con “el maestro”, como le llaman, el litro de combustible es de 12 pesos.

El mecánico, de 35 años de edad, cuyos vecinos prefirieron omitir su verdadero nombre por miedo a represalias, aseguraron que consigue el combustible robado con un tío de sus empleados, quien habita en la junta auxiliar de Santa María Xonacatepec y que se encarga de distribuir en La Resurrección y San Miguel Canoa en carreteras y establecimientos, lugares donde el precio por litro es de 10 pesos.

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La idea de utilizar el camión de carga se la dio el mismo huachicolero que le vende los galones llenos de hidrocarburo en Xonacatepec, pues afirmó que en los operativos en carreteras las autoridades sólo revisan pipas y camionetas, mientras que los camiones para material de construcción o automóviles pequeños no son objeto de revisión.

De esta manera, los chupaductos distribuyen la gasolina que extraen de manera ilegal fuera de la franja de robo de hidrocarburo, que comprende 23 municipios del estado de Puebla.

Según lo compartido por el propio mecánico con los automovilistas, otros talleres ubicados en diferentes puntos de la ciudad de Puebla también venden gasolina robada a sus clientes y, para evitar ser sorprendidos, almacenan los galones en sus casas o en las de familiares.

La forma de comercializarla es similar y sólo la ofertan a gente cercana o clientes que conocen desde hace años.

Armando asegura que aunque no “gana mucho” con esta segunda actividad, sí le ayuda a incrementar sus ingresos; de hecho, afirma, en los dos meses que lleva vendiendo gasolina robada han llegado más personas a su taller en busca de ganarse su confianza y que él les ofrezca el combustible, pues de otra forma él negará que vende el hidrocarburo.

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