Por Guadalupe Juárez
Algo cambió en los hombres del poder en Puebla. No son los mismos. Hablan distinto, sonríen diferente.
“Un grupo de funcionarios que queremos hacer bien las cosas”, dice el gobernador Antonio Gali, a su lado se encuentra el presidente municipal de la capital poblana, Luis Banck Serrato, y el secretario general del Ayuntamiento, Mario Riestra Piña.
Habla de la coordinación entre los diferentes niveles de gobierno. El mensaje pareciera ser algo más.
Los tres sonríen, se palmean la espalda, se elogian entre sí en sus respectivos discursos.
La junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan se convierte en el escenario testigo del futuro de Puebla. De los pasos que darán los que son reconocidos como los “herederos del poder” de un gobierno distinto a los de los últimos 80 años.
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”Hoy es un buen día ¿verdad?”, saluda un Luis Banck diametralmente diferente al de hace un año. La cercanía y sencillez mostrada en su informe de labores continúa. Algo cambió el miércoles en su glosa de resultados, lo sabe.
A su arribo a la junta auxiliar se acerca a un grupo de habitantes que recibirá las escrituras de su casa, en un pasillo alterno Gali Fayad también saluda a más personas que, como siempre, le piden una foto y le extienden la mano para saludarlo.
El munícipe se acerca al mandatario para estrechar su mano, los dos se funden en un abrazo, en risas, en palmadas en la espalda. Clic, clic, clic. Los fotógrafos buscan congelar el momento.
Mario Riestra Piña inicia el evento con un discurso. Tomar la palabra en un acto público es la fórmula utilizada en los últimos seis años para aquellos hombres que entrarán pronto a la esfera más alta del poder en Puebla, en la que hoy se encuentran Luis Banck y Gali Fayad.
El ahora gobernador iniciaba con un discurso en los eventos con el gobierno del estado cuando era presidente municipal, antes de decidir contender por la gubernatura.
Banck Serrato obtenía la palabra primero que el anterior mandatario en los eventos de la administración estatal. Las plumas de columnistas lo colocaban –lo colocan– como un posible candidato a la gubernatura en 2018.
Riestra Piña combina en su intervención la sencillez de Banck, la simpatía de Tony Gali. Los dos asienten con la cabeza como muestra de aprobación.
Hoy es un buen día ¿verdad? Inicia un Banck Serrato que asevera que, “los buenos resultados se construyen”.
Algo cambió y los hombres del poder en Puebla lo saben.

