Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Quien, al parecer, olvidó los buenos modales y las formas es el subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, hijo putativo de doña
Rosario Chayito Robles, algo realmente extraño en un hombre como el zacatleco, criado por su tío, el experimentado político Miguel Quirós Pérez.
Y es que Lastiri, en su pasada visita a Puebla, molestó mucho con su actitud a quienes llevan las riendas en la entidad, que no son otros que el gobernador Tony Gali y el presidente municipal Luis Banck, quienes no están de ornato.
Tanto Gali como Banck han tenido deferencias políticas para Juan Carlos, a quien el jueves pasado, por atención, invitaron a una cena celebrada con todos los delegados federales que operan en Puebla, hasta los zánganos y ladrones que forman parte del Cártel de Hidalgo.
Está de más decir que esta cortesía hacia el originario de Zacatlán se debió a que existe una excelente relación con su madrina política, la madrina de la región, Chayito Robles.
Pero las buenas formas de las autoridades estatales y municipales no fueron imitadas o, mejor dicho, correspondidas por Lastiri, quien el sábado encabezó una entrega de piso firme en la junta auxiliar de San Baltazar Tetela sin la correspondiente invitación a las autoridades locales, lo cual es francamente una grosería.
“En política −decía Reyes Heroles− la forma es fondo” y si Lastiri ha recibido toda serie de atenciones por parte de la autoridades locales, como lo marca su cargo de embajador de la Federación (subsecretario), lo mínimo que pudo haber hecho era corresponder de la misma forma a las dos máximas autoridades de Puebla.
Incluso, el mismo jueves, Lastiri había sido invitado a formar parte de la comitiva que hizo entrega de escrituras de regularización en algunas de las colonias de Puebla.
Era de esperarse que, sólo como un detalle, Lastiri correspondiera a las atenciones; sin embargo, su actitud mezquina despertó la molestia del gobernador y del alcalde de Puebla, quienes habían tenido múltiples atenciones hacia el funcionario federal, e incluso hasta por así decirlo, se habían hecho de la vista gorda, ante la “hiperactividad” del priista, quien quiere hacerse de la candidatura de su partido a Casa Puebla.
Las tonterías de Juan Carlos complican la relación entre Puebla y la Sedatu; no así con la Federación, con la cual existen excelentes relaciones, como quedó demostrado el pasado domingo con la visita del presidente Peña a las instalaciones de la 25 Zona Militar para celebrar el Día del Ejército Mexicano.
OBRADOR, A LA ALTURA DE LAS EXPECTATIVAS
El tabasqueño Andrés Manuel López Obrador confirmó que Puebla es territorio del Peje.
Si bien es cierto, la concentración no llegó a las 20 mil personas que se prometían, lo es también que logró concentrar a un número muy significativo, entre 10 y 12 mil simpatizantes, que abarrotaron la Plaza de la Democracia.
Por supuesto, no podían faltar también los oportunistas, dispuestos siempre a subirse al carro del ganador y que aprovecharon para tomarse la foto con el tabasqueño, para lucir en redes sociales su cercanía con el político.
AMLO fue acompañado por personajes como Fernando Manzanilla Prieto, quien confirmó con su presencia lo que en este mismo espacio adelanté, que ya es parte del equipo del tabasqueño.
También estuvo presente el polémico presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa, y su esposa, la priista (o tal vez ya ex priista) Nancy de la Sierra, quien lucía también una chaleco con los colores de Morena; el ex gobernador Manuel Bartlett Díaz, uno de los verdaderos operadores del tabasqueño en Puebla, y su sobrino político, el diputado federal Rodrigo Abdala.
También reapareció el empresario Emilio Maurer Espinosa, ex palero de Mario Marín en la contienda por la alcaldía en el lejano 1998.
Faltaron los priistas que no tuvieron el valor de abrirse públicamente a favor del tabasqueño, pero que trabajan de cerca. Unos con Ricardo Monreal y el hijo del Peje, Diego. Así como quienes tienen el acercamiento a través de la ex presidenta nacional de la Canacintra Yeidckol Polensky (llámense Zavala y Armenta).
