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El nuevo director del Colegio de Bachilleres, Carlos Martínez, busca desaparecer cualquier reminiscencia de corrupción

Por Serafín Castro 

Carlos Martínez Amador abrió fuego al interior del Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla (Cobaep). Su primer objetivo fue Refugio Rivas Corona, quien durante años convirtió al sistema en el centro de sus operaciones y rehén de los intereses del ex gobernador Mario Marín Torres desde la secretaría general del Sindicato Independiente de Trabajadores de la institución.

A decir del recién nombrado director general del Cobaep, en el colegio existe sólo un sindicato de trabajadores. En tanto, el “autónomo”, el de la disidencia, no es ni será reconocido de manera oficial.

Es más, adelantó que buscará disolver el Sindicato Autónomo de Trabajadores del Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla (Satcobaep) debido a que no cuenta con representación dentro del magisterio.

Es decir, explicó Martínez Amador, son unos cuantos los maestros que siguen al líder disidente Jorge Yáñez Rosas, incondicional de Rivas Corona, conocido como Cuco.

Y reveló que la estrategia a seguir consiste en unir a los maestros en torno al secretario general del gremio oficial, Ricardo Ordaz Pérez.

Así pues, tanto Refugio Rivas como el marinismo ya no tienen más cabida en el Cobaep. Será en cuestión de dos o tres meses para que ello suceda, estimó el director general del sistema.

Durante años, el Colegio de Bachilleres sirvió como bastión de las operaciones políticas del PRI, donde lo maestros eran obligados a votar por los candidatos marinistas.

Con la llegada de Rafael Moreno Valle al gobierno estatal, en 2011, Refugio Rivas Corona fue desalojado de la secretaría general del sindicato a manos de la policía tras ser acusado de amañar la Asamblea General para lograr su reelección, así como de irregularidades cometidas en su administración, que duró de 2000 a 2011.

Desde entonces la relación se mantuvo estable con la llegada de Ricardo Ordaz a la dirigencia del gremio, cuando Luis Maldonado Venegas se desempeñaba como titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) estatal.

Fue el año pasado, previo a las elecciones estatales, cuando surgió Jorge Yáñez Rosas como “líder” disidente, impulsado por las filas de Rivas Corona, para desconocer a Ordaz Pérez como secretario general del sindicato oficial.

El objetivo era desestabilizar al magisterio para ponerlo en contra del líder del gremio reconocido por las autoridades laborales.

Martínez Amador, quien pidió licencia a su curul en el Congreso local para asumir la dirección general del Colegio de Bachilleres, es considerado uno de los perredistas afines al ex gobernador Rafael Moreno Valle y al mandatario José Antonio Gali Fayad, por lo que su llegada a la administración estatal se considera estratégica para evitar cualquier intento del marinismo por recuperar el control a través de la presión y la manipulación gremial.

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