Por Berenice Martínez 

La Iglesia católica demostró interés por contrarrestar la violencia de género en la entidad, a pesar de que organizaciones no gubernamentales han denunciado la “cultura machista y de sumisión” que predomina en el clero.

Ayer el obispo auxiliar de Puebla, Felipe Pozos Lorenzini, contrapunteó las opiniones con un firme llamado: fortalecer la cultura de la denuncia para prevenir la violencia contra las mujeres y los feminicidios en el estado, que suman 16 en lo que va del año.

Y dio otro paso al llamar a todos los sectores de la sociedad, universidades, gobiernos, instituciones, incluso a la misma Iglesia, para responsabilizarse en promover la denuncia. Sin embargo, reconoció que se ha hecho poco para prevenir las agresiones y proteger a aquellas mujeres marginadas y reducidas a esclavas sexuales.

“Debemos condenar la violencia sexual que sufren las mujeres y eliminar los obstáculos que impiden su plena inserción en la vida social, política y económica; hay mucho por hacer para que en todo el mundo las mujeres sean honradas y respetadas”, remató.

No obstante lo anterior, es real que  las ONG acusan a la Iglesia de “machista” al obligar a la mujer a ser sumisa. Es el caso de El Taller AC en Puebla, que se ha pronunciado por la defensa de los derechos en las calles, donde se dan expresiones de discriminación y homofobia por grupos religiosos.

Recientemente, el papa Francisco dijo que una Iglesia que no es cercana no es Iglesia, es una buena ONG o una organización piadosa de gente buena que hace beneficencia, que se reúne para tomar el té, pues la Iglesia se identifica por su cercanía con la gente.

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