Las Serpientes

Por Ricardo Morales Sánchez /@riva_leo

 

La elección del Estado de México se ha convertido en un parteaguas para las tres principales fuerzas políticas del país, que tendrán su primer round rumbo a 2018 precisamente en esta entidad.

PRI, PAN y Morena se juegan buena parte de su futuro en esos comicios antesala a Los Pinos.

Si bien es cierto que en dos ocasiones el PRI ganó el Estado de México y perdió la Presidencia de la República, también lo es que ahora el tricolor no se puede dar el lujo de perder la reserva más importante de votos que aún le queda y menos porque es de donde proviene el presidente Peña.

Por si fuera poco, el gobernador de aquella entidad, Eruviel Ávila, tampoco se puede dar el lujo de perder su estado porque ahí moriría cualquier esperanza de alzarse con la nominación del tricolor a la Presidencia de la República.

Los enemigos de Eruviel (Osorio Chong), que aún tienen la esperanza de hacerse de la candidatura, cruzan los dedos para que el mexiquense pierda pero también saben que si Ávila es derrotado el proyecto del tricolor se irá por la borda.

Por el lado de Acción Nacional las cosas no podían ser más emocionantes. El PAN se juega también buena parte de su futuro.

Ricardo Anaya está en la disyuntiva de jugarse el todo por el todo en contra del presidente Peña o pactar con el “jefe de la nación”, vender la derrota de Josefina Vázquez Mota y endosársela a Rafael Moreno Valle, al cual puede acusar de traición.

Pero El Cerillo sabe que si pierde el Edomex y eso se combina con victorias del PRI en Coahuila y Nayarit, su presidencia y su muy probable candidatura a los Pinos quedarán en el limbo.

Sus adversarios políticos, Rafael Moreno Valle y Margarita Zavala, tendrán todos los elementos no sólo para impugnar su postulación como candidato, sino también solicitar incluso hasta su remoción como dirigente nacional del PAN.

En caso contrario, un triunfo de Anaya en el Estado de México con Josefina Vázquez Mota a la cabeza significará un muy duro revés contra el ex gobernador Moreno Valle, quien tendría que replantear su estrategia y replegarse a Puebla en busca de quedarse con la gubernatura para uno de los suyos (Martha Erika Alonso), aunque tal vez tendría que ceder la candidatura al Senado (primera fórmula) y a la alcaldía (Eduardo Rivera y Humberto Aguilar, o viceversa).

La elección del Estado de México es definitiva para el panismo; ahí se decidirá cuál de los grupos en pugna se queda con la candidatura a Los Pinos y si puede haber una negociación que beneficie a todos los grupos en pugna o que venga una ruptura, la cual sólo beneficiaría a Andrés Manuel López Obrador.

Los que menos se juegan en la elección del Edomex es la gente de Morena, ya que cualquier resultado es bueno para ellos.

Si gana su candidata Delfina Gómez Álvarez, ex presidenta municipal de Texcoco y diputada federal con licencia, tendrán prácticamente las llaves de Los Pinos en las manos pues no habrá prácticamente nada que los pueda detener.

En caso contrario, si su candidata llega a perder, Morena habrá ganado mucho con la pelea que Delfina dará, ya que la elección en el Edomex será muy cerrada, con lo cual se acercarán cada vez más a un triunfo en 2018.

Para López Obrador y su gente será prácticamente un triunfo perder en esa entidad por menos de cinco puntos, que lo pondrá en la antesala de ganar la Presidencia con los padrones de los cinco estados que definen la elección (Edomex, Ciudad de México, Veracruz, Jalisco y Puebla) a su favor o equilibrados.

Esta es la importancia real del laboratorio electoral llamado Estado de México, en donde las tres principales fuerzas políticas, PRI, PAN y Morena, nos darán un adelanto de lo que se habrá que viviremos en 2018.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *