Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez /@riva_leo
La reforma electoral, aprobada por la LVII legislatura local, resultó un verdadero desastre para el estado, ya que trajo como consecuencia la creación de varios cacicazgos locales en la figura de los actuales presidentes municipales.
La reforma electoral morenovallista, impulsada por el Ejecutivo para crear un gobernador de un año y 10 meses y presidentes municipales de cuatro años y ocho meses, trajo como consecuencia que desde hace un año la inconformidad de muchos pueblos se traduzca en justicia por propia mano.
Y es que las poblaciones ya están casadas de los reyezuelos locales, transformados en verdaderos sátrapas sin escrúpulos, amos y señores, dueños de horca y cuchillo en sus respectivas comunidades, como el presidente municipal de Teziutlán, Antonio Vázquez, mejor conocido como Toño Vázquez o el Me la pelas.
Los ejemplos se multiplican por cualquier punto de la entidad, los mostros en Tehuacán Ernestina Fernández y su esposo, el verdadero alcalde, Álvaro Alatriste, protegidos del senador “perredista” Luis Miguel Barbosa Huerta, quien les ayudó a librar la destitución del cargo.
Otro ejemplo es David Huerta, en Tepeaca, alcalde de muy dudosa reputación, clave en el tema del robo de combustible en la región de la franja de huachicoleros, protegido y socio del subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri.
El mejor ejemplo del clima de descomposición, ocasionado por esta reforma, es sin duda José Isaías Velázquez, ex alcalde de Atzitzintla, detenido la semana pasada por estar coludido con Los Zetas de Veracruz en el robo de combustible de la región (huachicoleo).
La dichosa ampliación del periodo de los actuales presidentes municipales de Puebla es una prueba más de que es mejor la reelección de los ediles, que permitir que se hagan perpetuos en el poder.
Queda claro que si en vez de ampliar su periodo, se les permite reelegirse, los ediles tienen que trabajar en vez de convertirse en verdaderas lacras y verdugos de sus pueblos y comunidades, las cuales comenzaron ya, desde el año pasado a expresar su hartazgo en contra de estos señores feudales.
Por si fuera poco, la reforma si bien puede llenar las aspiraciones del ex goberador Rafael Moreno Valle, de poderse quedar con Puebla otros seis años, también significa una dura prueba.
Me explico. Si la reforma aprobada en 2012 con el consentimiento del Partido Revolucionario Institucional, porque fue consensuada con los dirigentes estatal y nacional, Juan Carlos Lastiri y Humberto Moreira, hubiera contemplado una gubernatura de cuatro años y 10 meses, no se hubiera empatado con la elección de 2018.
De esta forma el gobernaor Tony Gali hubiera podido estar en el poder hasta 2021, pasar la tormenta electoral llamada Morena, y luego prepararse para entregar la estafeta.
Lo cierto es que desde que se diseñó la llamada minigubernatura, ésta tenía como objetivo que el ex gobernador Moreno Valle tuviera algo para negociar con la dirigencia nacional del PAN, en caso de que su candidatura no pudiera llegar a buen puerto. Los tiempos están por cumplirse.
LA TRAICIÓN DEL ME LA PELAS
Y hablando de pillos, una nueva canallada se suma a la larga lista de afrentas del presidente municipal de Teziutlán, José Antonio Vázquez.
Resulta que el Me la pelas pactó con otro indeseable de Teziutlán, el tristemente célebre Carlos Peredo Grau, a quien convenció de hacer pareja, bajo la mentira de que Toño intervendrá para que le puedan ser aprobadas sus cuentas públicas.
Y es que el Me la pelas vio difícil que pueda imponer a su novia en la presidencia municipal y a su hija en la diputación y ante este panorama está dispuesto a traicionar al PAN, con tal de salirse con la suya, de ahí que haya pactado con Peredo.
