Por Mario Galeana
El intempestivo arribo de priistas y perredistas a las filas de Morena se explica fácilmente a través de las encuestas.
A cada punto porcentual que suma el partido liderado por Andrés Manuel López Obrador, se añade también un político que, casi de forma providencial, reconoce de pronto que la corrupción es el principal problema del país.
La más reciente encuesta publicada otorga al partido de reciente creación 24% de las preferencias electorales y, con ello, Los Pinos en 2018. Según el estudio demoscópico realizado y publicado hace seis días por el diario El Universal y Buendía&Laredo, a las preferencias obtenidas por Morena le sigue el PAN, con 23 puntos porcentuales.
El PRI, el partido que gobierna el país, se encuentra como la tercera fuerza política con 13 puntos porcentuales. Y le sigue el PRD, con sólo 6%.
Los militantes de estos dos últimos partidos han sido, precisamente, quienes más han figurado en la prensa por haber descubierto su simpatía con las causas del partido liderado por Andrés Manuel López Obrador.
Los últimos han sido el priista Alejandro Armenta Mier y el perredista Luis Miguel Barbosa Huerta, quienes dejaron más de tres décadas en sus institutos políticos por una subrepticia lucha contra el combate a las malas prácticas gubernamentales, bandera proselitista de Morena.

Durante meses previos, a la lista se sumaron también el ex morenovallista Fernando Manzanilla Prieto; el alcalde José Juan Espinosa y el diputado local Julián Peña Hidalgo, ex militantes de Movimiento Ciudadano (MC); y lo intentó también el ex marinista Javier López Zavala, quien viajó hasta Veracruz para pedir un autógrafo a López Obrador.

Y es que por lo menos desde febrero de este año, el tabasqueño que aspira a la Presidencia de México desde 2006 ha liderado los sondeos electorales.
Tras el impacto social por el alza al precio de los combustibles, a mediados de enero el PRI perdió la simpatía de los votantes.
En febrero, por ejemplo, una encuesta publicada en El Economista y realizado por Mitofsky ubicaba a López Obrador en la cima con 25.8% de los votos. Y Morena se posicionaba, entonces, como la segunda fuerza con 15.9% de las preferencias, sólo superadas por los 18.8 puntos porcentuales a favor del PAN.
El PRI, según la casa encuestadora que dirige Roy Campos, había bajado de 19.6% a 13%, una caída electoral relacionada al gasolinazo.
