Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez /[email protected]
De la mano del equipo de futbol Lobos BUAP, el rector de la máxima casa de estudios de Puebla, Alfonso Esparza Ortiz, amarró ya su reelección para estar un período más al frente de la universidad.
Esparza no es tal vez el más carismático o mediático rector que haya tenido la BUAP durante su historia, es más bien un tipo sobrio y hasta adusto; pero su popularidad se fue a las nubes hace ocho días, cuando el equipo de futbol de la universidad llegó a la final de la Liga de Ascenso MX del balompíe mexicano.
Pero la “cereza del pastel” llegó el pasado sábado en Ciudad Juárez, cuando el equipo obtuvo el título del torneo Clausura 2017, lo cual le da el pase para disputar la “final, final” en contra del Club Dorados de Sinaloa, propiedad de Jorge Hank Rhon, quien también ese mismo día celebraba, junto con la familia Del Mazo, el bautizo de uno de sus nietos en el Estado de México.
El triunfo deportivo coloca al rector en el máximo nivel de popularidad, el cual se potencializó entre los universitarios cuando Esparza cumplió su palabra y se arrojó de un paracaídas, como pago de una apuesta con los jugadores de la escuadra de futbol por haber calificado a la liguilla, esto dejó en claro que el directivo es un hombre de palabra y de yemas.
Con esto, Esparza igualó lo hecho por Agüera de llevar a Lobos hasta la ansiada final por el ascenso, la cual se había conseguido en 2007, aunque en ese año se perdió la “final, final” ante León, en el Nou Camp, con un arbitraje bastante controvertido.
Alfonso ya tenía en la bolsa la reelección antes del triunfo de Lobos en el futbol mexicano, pero ahora su popularidad se ha incrementado de manera notable, goza de su mejor momento al frente de la máxima casa de estudios y se enfila para repetir en el cargo y sin mayor oposición.
De hecho, se sabe que Esparza podría ir a la elección de la BUAP como candidato único, ya que no hay un personaje dentro de la oposición que se quiera perfilar para enfrentarlo en el proceso. De ese tamaño es la fuerza que alcanzó el académico en las últimas semanas.
Muchos cuestionarán el hecho deportivo, anteponiendo el tema académico como la prioridad en la máxima casa de estudio y tienen razón, pero la proyección alcanzada por la BUAP gracias a los triunfos de Lobos sólo puede tener un símil en el éxito obtenido por la Udlap en el futbol americano colegial de México y las Águilas UPAEP, en su época dorada en el basquetbol.
Lo cierto, Esparza no ha descuidado ninguna de las vertientes. Lo académico no tiene problemas, los espacios físicos han crecido y el presupuesto se ha cuidado de una manera tan metódica, que incluso alcanza para incrementar como en ningún otro tiempo la oferta académica y el número de estudiantes que pueden ingresar a la máxima casa de estudios en Puebla, sin perder de vista el tema de la excelencia.
La victoria de Lobos llegó en el mejor momento en que le podía llegar al rector Alfonso Esparza Ortiz, quien ahora, una vez que haya concluido la “final, final” de la liga de Ascenso MX, podrá enfocar todas sus baterías en buscar el segundo periodo de cuatro años al frente de la máxima casa de estudios.
La sobriedad impuesta por Esparza ha dado sus resultados, la imagen de la universidad pública de Puebla está por las nubes y la “lobomanía” se extiende por todas las calles de la Angelópolis, aunque el rector tiene los pies bien puestos sobre la tierra.
Hace no poco le volvió a recordar a uno de sus amigos cercanos, en el vuelo de regreso de Zacatecas a Puebla, que él sólo quería estar otros cuatro años al frente de su querida casa de estudios, en la cual había trabajado ya 32 años antes de ser rector y, concluido su segundo periodo, regresar a su despacho y a su casa, para ver crecer a sus nietos y estar con su esposa.
La BUAP y Esparza viven hoy su mejor momento, le pese a quien le pese.
