Crónicas del Tercer Piso
Por Alejandro Bonilla Garduño
¿Qué dedo nos chupamos? De huachicoleros y cosas peores…
Es triste escuchar en todos los medios nacionales hablar de Puebla.
Y no precisamente cosas buenas.
Los huachicoleros han invadido las portadas de todos los medios locales y nacionales. No es para menos.
Nos queda claro, al menos los que tenemos tres dedos de frente, que este problema no es nuevo y sobre todo, no han actuado estas bandas delincuenciales de manera aislada. Es muy ingenuo pensar que uno de los líderes se pasee en vehículos de lujo en pueblos pobrísimos donde solo reina –reinaba para muchos- la pobreza y la desesperanza, sin la complicidad de autoridades.
Se trata de corrupción en su máxima expresión.
¿Quiénes están involucrados? ¿Gobierno federal y/0 autoridades del más alto nivel?, ¿Funcionarios o ex funcionarios de la paraestatal? ¿Gobierno estatal y/o funcionarios? ¿Gobiernos municipales del triángulo rojo? La respuesta puede estar en el vox populi, pero alguien está involucrado y se llama: corrupción.
Parece la historia del México reciente, pero alguien está involucrado y es cómplice de todo este caos.
Hoy dedicarse al robo de combustible es un negocio lucrativo en el denominado triángulo rojo, algunos analistas opinan que más que el narcotráfico. Niños dedicados a ser halcones por doce mil pesos mensuales ¿cuántos profesionistas podrían recibir ese “salario” al egresar de la universidad? Comunidades paupérrimas donde hasta hace unos años se dedicaban a la siembra, con dos ciclos de cosecha al año, en tierras áridas y que optaba por expulsar su mano de obra a la capital poblana o Estados Unidos; hoy dichas comunidades (divididas, claro, por dicha actividad) siguen pobres, pero algunos de sus pobladores –los que verdaderamente arriesgan la vida y la libertad-, tienen más dinero en un mes de “trabajo” que lo podrían ver en años, quizá nunca.
El tejido social está roto desde hace muchos años, no es nuevo.
Seguimos pensando que los programas paternalistas en las comunidades pobres del Estado y del país son la solución. No lo han sido y no lo serán para mejorar la condición de vida de estas poblaciones.
Una población “exigiendo” la salida del ejército de sus comunidades, so pena de sacarlos ellos.
El ejército mexicano (aparentemente según los videos que se han difundido) actuando al margen de la Ley.
Autoridades Estatales y por supuesto locales, rebasadas (y probablemente involucradas directamente).
Mi mente infantil no permite entender como no se puede detener a los líderes de los huachicoleros con todos los recursos con los que cuenta el Estado Mexicano; lo alcanzo a comprender como se vende el combustible a gasolineras o empresas (de la población ni hablamos) y no se hace nada más que cerrar “dos o tres” gasolineras para calmar la presión mediática.
Se llama impunidad.
Podría ser el Triángulo Rojo el cementerio de la aspiración presidencial de Rafael Moreno Valle.
Ojalá el Triángulo Rojo no merme en los altos índices de aceptación con los que cuenta el Gobernador Tony Gali.
Ojalá se tomen acciones contundentes para terminar el problema de raíz y cuidado, el problema no es el robo de combustible, como no lo es el narcotráfico, el problema es la falta de oportunidades para salir adelante, la falta de educación de calidad, la falta de una repartición justa de la riqueza.
