Una revista es una aventura, pero nunca en solitario. Presupone por un lado una comunidad de escritores, de cómplices, que aceptan que el proyecto cultural es viable, que apuestan por su forma y contenido
Carta de Boston
Por Pedro Ángel Palou / @pedropalou
Hace seis años empezamos a editar Uni-Diversidad, nos la planteamos Miguel Maldonado y yo junto con Germán Montalvo en un inicio, como una revista de pensamiento y cultura que tuviera distribución nacional e internacional y aumentara también la visibilidad de la BUAP, esa casa generosa que acogió el proyecto y lo hizo suyo. Desde el principio nos la planteamos como una revista taller, una revista universitaria que sirviera para aprender a alumnos y a maestros. Hoy (pocas revistas culturales pueden preciarse de decirlo) con más de seis años de publicación ininterrumpida, fue galardonada con dos menciones de plata en la categoría de Editorial/Publicaciones en la ceremonia de premiación de la 21° entrega de los premios a! Diseño, el pasado sábado 22 de abril, en la Torre Mayor de la Ciudad de México.
Ganamos nuevamente entre ocho finalistas. Nos lo dieron por dos números: Novela Negra, con trabajos de autores especializados en el género policiaco y un número cuyo dossier llamamos Ángeles Clandestinos, dedicado a la obra y vida del reconocido poeta Raúl Gómez Jattin.
La nuestra, entonces, es una revista que promueve la crítica y la apertura de pensamiento hacia temas de la literatura, las artes gráficas, la historia y la cultura latinoamericana. Ya en 2013 ganamos el premio CLAP (Premios Internacionales de Diseño Industrial y Diseño Gráfico) en Barcelona. En 2015, fue ganadora del Premio a! Diseño, que refrendamos en 2016 con dos menciones de plata en el mismo concurso nacional. La creatividad y la innovación de una revista-objeto donde cada número es una propuesta editorial distinta se ha visto recompensada. Pero la mayor recompensa para el equipo que la hace y para la BUAP es el éxito que ha tenido con sus lectores. Está considerada la revista cultural de mayor crecimiento y rating y lo mismo se consigue ya en Sanborns que en la red de Librerías Educal, en las librerías Gandhi y las del Fondo de Cultura Económica, en Profética y en las librerías universitarias de nuestra benemérita institución. Para quienes han estado dentro del mundo editorial esta capacidad de distribución y puntos de venta (más de 500 en el país) causará seguramente sorpresa. Es endiabladamente difícil lograrlo. Pero es un reconocimiento a que la revista se lee y no sólo se imprime porque tiene publicidad gubernamental, como muchas otras a lo largo del país.
Una revista es una aventura, pero nunca en solitario. Presupone por un lado una comunidad de escritores, de cómplices, que aceptan que el proyecto cultural es viable, que apuestan por su forma y contenido y creen, indeleblemente, que en esa revista no sólo se publican textos, sino que hay una familia, una comunidad de intereses, una idea de país, de democracia, de futuro. Porque una revista es siempre una utopía en tiempo presente, no destinada al futuro. Una utopía presente que presupone, por otro lado, a un lector. A quien va a ir al puesto de periódicos, al quiosco, a la librería o incluso al Sanborns a buscar el nuevo número, el siguiente, el que nos devele y revele. Ese lector también cómplice que cree en un pacto tácito entre los escritores y redactores de la revista: todos escribimos para él. UniDiversidad cree en eso. Y lo cree como credo. Lo tiene tatuado en su piel. Este es nuestro decálogo:
1.Cree que no hay nada en el mundo digital que pueda, en realidad, reproducirse en el mundo impreso. Las revistas y las ediciones artesanales que buscan algo único, irreproducible en el mundo digital y sólo posible en el universo análogo creen que tener, poseer el objeto es en sí mismo un tesoro irremplazable.
- No por eso desdeñamos la página web, el contacto interactivo con el lector digital. Pero por ello, por lo interactivo del proceso, no por su pretensión vana de la desaparición de lo impreso, razón de ser de nuestra revista donde cada número es ÚNICO.
- Asume que el DISEÑO EDITORIAL es un fin estético en sí mismo.
- Cree a ciegas en que hay un lector dispuesto a seguirte, a perseguirte porque tu revista es también su APUESTA.
- Oh, ah, eh… la forma. ¿Y el contenido? Caray, carajo, el contenido. No sirve de nada la forma si es orfebrería. Creemos en los temas y los autores a debatir. Si asumimos que José Emilio Pacheco –entonces vivo– es la voz entre las voces y le dedicamos un número, es su voz y las de sus lectores lo que ponderamos. Si Paz tiene que revivir mediante la explosión de su nombre y su peinado es porque los colaboradores dedicados a su número saben y tiene algo NUEVO que decir sobre el poeta.
- Y pronto Sor Juana será revelación, como si hubiera vuelto a nacer, no porque encontraran sus huesos –labor del forense, qué flojera– sino porque volvemos a leerla NUEVA, auténtica.
- En UniDiversidad creemos que hay un papel importante que la revista UNIVERSITARIA tiene que cumplir, el de TALLER (así se llamó, por cierto, la corriente literaria que bajo la égida de Rafael Solana incluyó en 1938 a Efraín Huerta y a Octavio Paz, entonces un socialista convencido). Por eso pensamos que muchas de las secciones son para ALUMNOS de la universidad, de la BUAP, que se forman en estas páginas.
- Si la cultura no es
irreverente, pégate un tiro. Si la revista no es cada número distinta, pégate un tiro. Si tus enemigos te alaban, pégate seis tiros. - Nunca anheles otra revista, piensa más bien que el nuevo número es otra oportunidad para renovar el pacto con tus escritores y tus lectores, ese pacto que hace que la revista (UniDiversidad) tenga sentido. Si no, pégate un tiro o tómate un frasco de arsénico.
- Invita a la fiesta a tantos como puedas. Es la fiesta de todos. Ve a ferias de libros, a Arteaga o la UNAM o a la FIL, a donde te inviten. Y entonces tú INVITA a colaborar, a leer. A lo que ya dijimos que hace posible UniDiversidad: ser una UTOPÍA en TIEMPO PRESENTE, una UTOPÍA COMPARTIDA.
