
La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam
Muchos de los priistas que hoy padecemos son herencia absoluta del declamador Manuel Bernal, mejor como el Tío Polito: un locutor cursi como pocos al que, sin embargo, recordamos como el mejor intérprete del poema más sentido del alma mexicana: El brindis del bohemio.
En una semana hemos sido testigos de dos expresiones de dicha cursilería: la del Adiós al PRI, del vate Alejandro Armenta, y la del Buenos Días, Señor Sol, del vate Juan Carlos Lastiri.
Al primero, ya con un pie en el partido del vate López Obrador, le quedan muy bien esos ridículos versos que el vate López Méndez —alma gemela de Las Hermanitas Núñez— le dedicó al Tío Polito a la hora de su muerte:
“Llegas a este recinto por tu propio derecho,
“derecho que te dieron el Arte y la Bondad,
“¡campesino de estrellas! hiciste del barbecho,
“semillero de cantos para la eternidad...”.
Con la voz inflamada, con la mirada puesta en el crepúsculo, el vate Armenta dio una cátedra mayúscula de cómo romper con un partido político con el que lucró una y otra vez hasta comer del erario sanguinariamente.
Ese maldito partido al que renunció el domingo pasado le dio casas, terrenos, camionetas, comidas y bebidas golosas, mancuernillas, corbatas de mal gusto, trajecitos Macazaga, zapatos Louis Buitrón, viajes a Uruapan, a Europa, al Popo Park, chambas pa’ los amiguis y la oportunidad de pronunciar una cantidad inequívoca de malos, pésimos, discursos.
Por respeto al hipócrita lector no incluyo la versión de la pieza oratoria que, con voz de Tío Polito, nuestro acatzinguense vate pronunció a la hora de su rompimiento.
Por mi madre, bohemios, que nadie resistiría tan estremecedor mensaje dirigido al culo del priismo universal.
Y es que una ruptura es, siempre, una rup-tu-ra.
Otro vate —el vate Lastiri— está preparando en cambio su unción como candidato de la SEDATU —cuyo presupuesto mueve para promoverse—a la gubernatura del estado del Puebla.
(Clávese el bohemio lector en la textura: el PRI ya no es el PRI: en la fúnebre noche es ahora la SEDATU).
Nuestro vate no estará solo: lo acompañará el mismísimo autor del fraude electoral del 2006: el Maguito Ugalde, el Tío Gamboín de los Millennials.
Hay que decir que el Maguito anda por todo el país promoviendo candidatos.
Y como buen ilusionista, saca conejos de su sombrero de copa.
El vate Lastiri anda repartiendo invitaciones para su magno evento.
Le dejo al sufrido bohemio la invitación entera.

Ojo con los matices:
“Evento sin precedentes”, “se escuchará fuerte la voz de la militancia”, “el futuro de Puebla no se negocia”.
Y ojo, ahora, con la textura:
“No se trata de un evento partidista”.
(No se confunda el búfalo: PRI no es sinónimo de SEDATU).
“Asistir sin niños”.
(Puede acarrear niñas, pero de 18 años).
”No llevar pancartas, ni matracas”.
(En la entrada se les entregará un kit con todos los utensilios necesarios para hacer chillar a la marrana).
“Evitar porras”.
(Los periodistas adictos a Lastiri las lanzarán solitos).
“No introducir alimentos”.
(Se les dotará de tortas, Frutsis y un ejemplar del semanario Megalópolis con sólo presentar su credencial de elector).
Abstemios, absténganse.
Dejad que los vates le canten a las musas.
