Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez /[email protected]
La elección del Estado de México sin duda va a dejar mucho aprendizaje.
Gane o pierda el PRI, lo que es un hecho es que ya nadie puede negar el peso electoral que Andrés Manuel López Obrador, El Peje, tiene en las boletas y la forma en que el tabasqueño modifica los escenarios.
Aurelio Canto, leal radioescucha y personaje que gusta de la política, el pasado lunes en el programa Tres de Tres realizó una muy importante aportación para medir el peso de López Obrador en las elecciones del vecino estado.
Sin Andrés Manuel López Obrador en la elección de 2011 en el Estado de México el PRI, en coalición con el Verde y Nueva Alianza, obtuvo tres millones 18 mil 503 votos; el PRD, MC y PT, un millón 20 mil 857 votos y el PAN sólo obtuvo 598 mil 045 votos; es decir, Eruviel Ávila ganó casi 3-1 la pasada elección local.
En 2012, con López Obrador en la boleta las cosas cambiaron, el PRI, Verde y Nueva Alianza obtuvieron dos millones 458 mil 185; PRD, PT y MC, un millón 750 mil 294 y el PAN un millón 250 mil 707 votos.
La fuerza de López Obrador es innegable, porque cuando AMLO está en la boleta los números se multiplican y esto sucedió en un estado en donde el PRI ha gobernado durante más de 80 años y en el cual no se conoce la transición.
La actual elección, en donde por primera vez compite Morena, el nuevo partido creado por López Obrador, las condiciones son muy similares y comprueba la tesis de la cual ya hablé en alguna ocasión en este mismo espacio y que llegó a crear opiniones divididas al interior del morenismo: el hecho de que sin necesidad de recurrir a elementos de otros partidos políticos o de personalidades distinguidas, el partido de López Obrador puede competir y hasta ganar.
La elección del Estado de México parece confirmar estos antecedentes; con todo respeto para la candidata Delfina Gómez, la maestra es un personaje menor que, aunque ya fue presidenta municipal y diputada federal, no puede ganar por ella misma, sino por el peso que tiene Andrés Manuel, quien ya casi se fue a vivir al Edomex para apoyar a su candidata, sabedor de que si gana, tiene 80% de Los Pinos en la bolsa.
El fenómeno de El Peje, sumado al voto antisistema y el rechazo en contra del PAN y el PRI es una mezcla bastante peligrosa para estas marcas, las cuales van a tener muchos problemas rumbo a 2018 para poder competir de tú a tú con Morena, por el simple hecho de que el tabasqueño, ahora sí, estará en la boleta.
El debate al interior del equipo de López Obrador terminó en la desaparición de los primeros planos del jefe de la delegación Cuauhtémoc, el ex priista, Ricardo Monreal, quien purgaba por llevar a Morena a cuadros de otros partidos para ser candidatos en 2018, al parecer perdió la batalla.
Por otro lado, todo parece indicar que la tesis de la también jefa delegacional, Claudia Sheimbaun y de Martí Batres, tendrán la razón, el peso electoral de López Obrador es suficiente para poder subir a cualquier cuadro, sin importar si es conocido o no, ni muchos menos su preparación u origen.
Sin duda, López Obrador es un fenómeno sociológico, por su capacidad de mantenerse vigente durante más de12 años, luego de haber perdido dos elecciones presidenciales.
Su impacto en la boletas es real, su presencia y figura mesiánica, sin duda, es irrefutable, los números así lo reflejan.
No en balde, desde hace más de un año, advertí sobre el crecimiento de Morena y sus implicaciones en las elecciones de 2018, no sólo porque todo parece indicar que el tabasqueño va a ganar la presidencia de la República, sino porque también todo apuntala que va a arrastrar con su presencia a quienes vayan a ser candidatos a presidentes municipales, diputados locales, federales, senadores y a quienes vayan en las elecciones a la gubernaturas, esa es la fuerza de El Peje.
Ojo con lo que puede ocurrir en Puebla, en donde ya AMLO ganó en 2012, pese a la operación en contra de todo el aparato morenovallista, al cual sólo le alcanzó para poner al entonces candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, en el segundo lugar.
