Encrucijada
Por: Luis Antonio Godina
El escritor francés Víctor Hugo, decía que “el futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”.
Sin embargo, el tiempo no transcurre igual para todos, el futuro no está en el mismo lugar, y es muy fácil confundir valentía con temor, o debilidad.
En el caso de la política, los tiempos son totalmente distintos a los del resto del mundo.
En un partido político, los tiempos no están establecidos; los tiempos no transcurren, los tiempos se esperan.
Los tiempos en los partidos políticos deben transitar por los proyectos y no por los apetitos personales.
Un proyecto siempre debe estar por encima de las personas y debe marcar el ritmo a seguir, los pasos a dar.
Hace muchos años, cuando la política era unipartidista en México, el entonces dirigente de la Confederación de Trabajadores de México, Fidel Velázquez, afirmó: “el que se mueve no sale en la foto”.
Esta afirmación hacía referencia a que había que esperar a que quienes mandaban en la política tomaran decisiones, y el hacer una campaña en medios o en el territorio, no rendía frutos.
Hoy, las circunstancias son otras.
En la actualidad, los ciudadanos nos marcan el camino que debemos seguir y el señalamiento es claro: el proyecto por encima de la persona.
En Puebla eso es fundamental.
Hoy vemos cómo el estado ha descendido peligrosamente en sus niveles de bienestar, cómo los índices de pobreza, desempleo, violencia, delincuencia, desigualdad se incrementan y amenazan la estabilidad, el progreso y el desarrollo que por muchos años tuvimos los poblanos.
Hoy, la delincuencia está a unos metros del Zócalo de la capital y atemoriza a los ciudadanos que no quieren ver, una vez más, promesas vacuas o discursos proselitistas.
Nos exigen proyectos, ofertas concretas.
Los últimos años en el país nos han dejado enseñanzas muy claras, una de ellas es que por encima de las personas debe existir un programa, una manera de resolver los problemas de los ciudadanos.
Esos son los tiempos actuales, los tiempos de los proyectos y no de los hombres que ofrecen resolver, por ellos mismos, lo que nos agobia.
