La defensa y exigencia de respeto al oficio se ve obstaculizada por grillas y pugnas entre los medios de comunicación, remarcan
Por Osvaldo Valencia
En Puebla, la libertad de expresión de los periodistas vive en dos realidades adversas para ejercer la profesión: el constante hostigamiento por parte de los grupos dedicados al robo de combustible y un gremio dividido que no se une para exigir respeto a su labor.
Así, el periodismo en Puebla puede caer en un escenario similar al de estados al norte del país, como Nuevo León, donde las bandas del crimen organizado y narcotráfico asumen el puesto de directores editoriales, ya que toman la decisión de qué se publica y qué no.
Así se ejerce la libertad de expresión en la entidad: entre amenazas a compañeros de trabajo y familiares, opinaron los directivos de medios como Milenio Puebla, e-consulta y El Sol de Puebla para el periodista Fernando Crisanto en el programa Lingotes.

Por años, la pelea de la prensa ha sido contra los grupos del gobierno, en donde se disputaba qué se podía decir y con qué tono, explicó Jorge Rodríguez, subdirector de El Sol de Puebla, aunque en fechas recientes el forcejeo se ha trasladado con el crimen organizado. “Durante años hemos peleado como medios con los gobiernos en este ‘estira y afloja’ de qué decir, qué no, con qué matices y hasta dónde. (Aunque) creo que ahora hay más libertad que antes.
“Lo que me preocupa es el crecimiento de la delincuencia organizada; si bien no estaba hasta hace algunos años en Puebla y sólo lo veíamos en las noticas lo que ocurría en el norte, sí creo que ese tema va a invadirnos pronto con el tema de robo de combustible”, comentó.
En este sentido, dijo, los chupaductos han dejado muestra de su forma de intimidar a los corresponsales de las agencias de noticias: a través de mensajes de Whatsapp intentan infundir miedo. “Esa es la parte que ahora me está preocupando porque, como bien sabemos, ellos te amenazan una sola vez y a la siguiente actúan contra la prensa”.

Ante estas amenazas, el temor de los redactores ha llegado al nivel de evitar firmar sus notas, con tal de no ser identificados por los delincuentes, expresó Rodolfo Ruiz, director del portal e-consulta.
“Hemos tenido que estar cambiando constantemente reporteros y corresponsales; porque los corresponsales son amenazados físicamente por gente que está involucrada con las mafias del huachicol; son reporteros que temen por su vida, tienen amenazas hacia sus bienes y prefieren perder una nota a poner en riesgo su patrimonio, su vida o la de su familia”, agregó.

Pablo Ruiz, director de Milenio Puebla, relató que en Monterrey, Nuevo León, el poder del narcotráfico en la zona creció con la desaparición de un reportero de Televisión Azteca. “Cubría la fuente policiaca; atendía los asuntos de la confrontación entre grupos criminales y se dio el primer caso de la desaparición de un reportero.
“Se fue complicando al grado de que en estados del norte los reporteros de policía tenían que ponerse de acuerdo con las empresas editoriales de qué publicar y qué no porque viven bajo la amenaza permanente, al nivel de que los cárteles en algunas zonas en el norte de la república decidían qué notas se podían y qué no se podían publicar.” refirió.

“Eso, visto en el norte, se ha degradado más y en Puebla, la verdad es que estoy observando lo que empecé a ver en el norte”, apuntó.
Falta un gremio unido
La situación de la defensa en el gremio periodístico poblano es complicada debido a que, señala Rodolfo Ruiz, en el estado hay “mucha grilla” entre los trabajadores del ramo; “es un gremio muy desunido”, reiteró.
“Es un gremio complicado, muy desunido, con mucha grilla al interior que va más allá de la competencia profesional; hay grillas torpes, conflictos personales, eso dificulta mucho el trabajo”, declaró.
El director de e-consulta vio necesaria la creación de un código de seguridad y protección entre las empresas periodísticas, puesto que las amenazas van dirigidas tanto a reporteros regionales como de la capital del estado.
“Creo necesario que las empresas y los periodistas deben establecer códigos de seguridad, códigos de protección. Creo que las demandas no son solamente a reporteros regionales; nosotros estamos mandando reporteros de la capital y son periodistas que también están siendo amenazados”, concluyó.
