
La Quinta Columna
Por Mario Alberto Mejía @QuintaMam
Se queja Ignacio Molina, secretario general del ayuntamiento que mal gobierna José Juan Espinosa, de que “ha sido víctima de gritos en la vía pública de San Pedro Cholula, de distintas personas, las cuales “me llaman ‘ratero’, ‘corrupto’ y demás palabras y señas altisonantes, lo cual me ofende y me hace sentir sumamente mal, dada mi reputación y nombre”.
Todo esto, Molina se lo adjudica a Mario Galeana, reportero de 24 Horas Puebla, quien publicó un reportaje sobre diversas irregularidades en la adjudicación de la obra pública:
Empresas que no estaban en el padrón, empresas con domicilios fiscales hechizos, etcétera.
Más allá de que como secretario del ayuntamiento tiene una redacción lamentable, surgen varias reflexiones:
Qué poder, de entrada, tienen Mario Galeana y 24 Horas Puebla para generar tamaño repudio con tan sólo un reportaje.
Qué capacidad de influencia.
Todo mundo ha oído hablar de las palabras altisonantes y alguna vez las hemos dicho todos, pero no conozco a nadie que haga “señas altisonantes”.
(Suena a las “piedras de grueso calibre” del poeta Luis Maldonado).
Que le griten “ratero” y “corrupto” puede tratarse de una casualidad que nada tiene que ver con el reportaje.
Posiblemente algo hizo en el pasado reciente que la vox pópuli no le perdona.
Habría que irse a los archivos o a la memoria colectiva o a las dos cosas.
¿Quién nos dice que estos señores y señoras que le gritan “ratero” y “corrupto” no forman parte de la Mafia en el Poder que tanto teme y odia a los adictos a José Juan Espinosa y López Obrador?
El citado Molina nunca aclara si los gritos son de día o de noche, porque ese matiz hace la diferencia.
Si son de día, pueden ser identificados por la sagaz policía de San Pedro.
Si son de noche, sus dueños pueden ser algunos constructores que se sienten agraviados.
Lo de las “señas altisonantes” si es peligroso porque sería un nuevo género de insultos que no cabe en modalidad alguna.
