Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez
Una lucha cerrada por la candidatura a la alcaldía es la que se vivirá al interior del Partido Acción Nacional, donde tres aspirantes lucen con amplias posibilidades de alzarse con el triunfo.
Se trata del líder del Congreso local, el diputado Jorge Aguilar Chedraui; el secretario General del Ayuntamiento de Puebla, Mario Riestra Piña y el auditor superior David Villanueva Lomelí.
A Jorge Aguilar se le ha vuelto a abrir el panorama: tiene tanta oportunidad de competir por la alcaldía como por la gubernatura; esta última sobre todo si Rafael Moreno Valle se convierte en el candidato del PAN a la Presidencia de la República.
Jorge tiene posicionamiento principalmente en Puebla capital, pero es otra de las cartas del morenovallismo a la gubernatura, insisto, si Moreno Valle gana la nominación a la Presidencia, lo que dejaría a la carta más fuerte del albiazul fuera de la contienda. En ese escenario, aunque lleva mano el alcalde Luis Banck, ante una eventualidad, Jorge podría también ser una buena apuesta.
Las posibilidades existen, por lo que el diputado panista aprieta el paso tratando de mejorar su relación con el gobernador Gali Fayad, con quien ha sostenido una serie de reuniones de trabajo que han contribuido a un mayor acercamiento.
El otro de los aspirantes, el secretario General de la Comuna, Mario Riestra Piña, ha realizado un trabajo impecable dentro del Ayuntamiento, el cual se ve reflejado en el Cabildo de Puebla, donde trae a raya a los señores de la ultraderecha poblana.
Riestra tiene, además de su trabajo, un punto a favor: el de la poblanidad, argumento que ha sido explotado una y otra vez por el morenovallismo para derrotar a sus adversarios, los cuales no han podido contrarrestar esta fórmula.
Cuando ha sido necesario el morenogalismo ha utilizado como arma política el tema de la poblanidad, del cual cayeron víctimas Javier López Zavala, oriundo de Pijijiapan, Chiapas; Enrique Agüera, originario de Poza Rica, Veracruz, y Blanca Alcalá, nacida en Tlaxcala.
A los tres priistas se les atacó hasta el cansancio de no ser poblanos y eso pesó en el ánimo del electorado, el cual no se identificaba con estos personajes nacidos en otros estados, pese a que vivieron la mayor parte de su vida en la Angelópolis.
Riestra tiene eso a su favor, ser poblano de arraigo e identificado con la forma de ser y de sentir de los habitantes del valle de Cuextlacoapan (“lugar donde las víboras cambian de piel”).
Sin embargo, Mario debe subir aún más sus números si es que quiere alcanzar la nominación, ya que una y otra vez se le ha escuchado decir al gobernador Tony Gali que el candidato a la alcaldía deberá de ser el que tenga los mejores números.
El resultado de la pasada elección celebrada en el Estado de México parece corroborar lo dicho por Gali Fayad: Acción Nacional deberá ir de la mano de sus mejores cuadros, de lo contrario el fantasma de la derrota puede aparecer. En el Edomex, luego de arrancar empatados en las encuestas el PAN terminó como la cuarta fuerza, producto de enviar a una pésima candidata como Josefina Vázquez Mota.
No hay tiempo para improvisaciones al interior del albiazul, los resultados de ir con candidatos sin arraigo son catastróficos y el morenogalismo sabe algo de eso cuando en 2015 perdieron tres de las cuatro diputaciones federales en la capital, aunque también hay que reconocer que se negoció el resultado con el presidente Peña Nieto.
El último de los aspirantes, David Villanueva, es un personaje completo aunque sin arraigo al interior del panismo poblano, por el hecho de no haber nacido en Puebla.
Sus posibilidades estriban en que se presente una polarización de fuerzas entre Aguilar Chedraui y Mario Riestra, la cual pudiera poner en riesgo la unidad y entonces en ese escenario, el del descarte, pudiera emerger su nombre para tratar de unir y cohesionar al morenogalismo
El auditor mayor tiene a su favor ser amigo tanto del exgobernador Moreno Valle como del actual mandatario Tony Gali, con quien mantiene una constante comunicación.
David puede sumar votos del morenogalismo y robarle votos también al PRI, partido político en el cual milita su suegro y mentor, Melquiades Morales Flores.
