Liderados por Antonio Ordaz, los agremiados de la organización Doroteo Arango establecen sus puntos de venta en lugares tan disímbolos que van de Plaza Dorada a la planta armadora de Volkswagen; a deferencia de otras agrupaciones de ambulantes, ellos prefieren llevar una buena relación con las autoridades capitalinas; “¿el Centro? No, gracias, afuera estamos bien; hay menos broncas y asaltos”, dicen

Por: Osvaldo Valencia

El Centro Histórico no es el único lugar donde los ambulantes se han adueñado del espacio.

”Por aquí está tranquilo. Hay días buenos y días flojos, como en todo, pero aquí la llevamos bien-bien”, dice don Arturo, quien vende comida rápida en las inmediaciones del Parque Juárez de Puebla.

Su puesto es similar al de los ambulantes que ocupan el Corredor Comercial del Centro Histórico de la capital: un carrito, un pequeño comal, salsas, carne, cemitas y unos bancos.

Conoce cómo “se mueve” (como él dice) la cuestión de los ambulantes, cómo se han apoderado en el pasado de las calles más transitadas del centro de Puebla, así como del proyecto del Ayuntamiento para reubicarlos en la 12 Poniente.

Don Arturo sabe el interminable problema que ha sido para la Comuna capitalina reordenar a las agrupaciones de vendedores informales que se instalan en el Centro Histórico de Puebla; por eso, afirma que él y sus compañeros no son ambulantes.

“Nosotros no somos ambulantes, nosotros pagamos nuestras cuotas normales con el Ayuntamiento, tenemos nuestros espacios establecidos por toda la ciudad y no tenemos ningún problema con el gobierno”, afirma.

—¿Quiénes…? —le preguntan.
—La organización Doroteo Arango —contesta don Arturo.

La organización dirigida por Antonio Ordaz se mantiene al margen, fuera del Centro Histórico, sin confrontar al Ayuntamiento, pagando cuotas diarias.

“Aquí las cuotas que pagamos varían según la ubicación, pero van desde 100 hasta 250 pesos y por lo regular nos instalamos cinco días, de lunes a viernes”, cuenta el vendedor quien trabaja en el Parque Juárez desde hace tres años.

Agrega que prefiere estar fuera del primer cuadro del centro, ya que los asaltos, sobre todo los conflictos entre las organizaciones que pelean la zona, están a la orden del día.

“La verdad está más tranquilo afuera (del Centro Histórico); (hay) menos broncas, no hay robos y además se pelean los puestos los Antorchas, los Fuerza 2000 y uno, la verdad, sólo quiere trabajar”, dice don Arturo mientras atiende a sus clientes.

Según los agremiados a la Doroteo Arango, su presencia es extensa en la ciudad. Ocupan puntos importantes como Plaza Crystal, Plaza Dorada, Parque Juárez, el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH), a lo largo del bulevar 5 de Mayo, el Paseo Bravo, Plaza Loreto, incluso en la zona de la planta armadora de Volkswagen.

Contrapeso a la 28 de Octubre

“Imagínate, si los de la 28 (de Octubre) son como tres mil, nosotros estaríamos por ahí de dos mil vendedores. Somos los únicos que les podrían hacer frente”, comenta Daniel y su esposa; ellos son una pareja que vende tacos de canasta afuera del Centro de Salud Urbano Analco 1 Puebla, a un costado del CENHCH.

Daniel y su esposa se dicen cómodos donde están, afirman que es la zona menos conflictiva para vender y, al igual que don Arturo, prefieren mantenerse lejos del Centro, distanciados de la disputa por las calles del primer cuadro.

“Tenemos buena relación con el gobierno; cuando nos dicen que paguemos, pagamos; (si) nos dicen que nos retiremos, nos retiramos sin problemas. No somos como los de Antorcha o la 28, ellos sólo buscan broncas”, asegura.

La historia de la organización Doroteo Arango, recuerdan los agremiados, se remonta hasta la década de los años 80, después del surgimiento de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre.

Ellos señalaron que no confrontan al gobierno salvo cuando sea necesario, como en marzo de este año, cuando se manifestaron afuera de la Secretaria de Gobernación Municipal por el desalojo de las inmediaciones del Benemérito Instituto Normal del Estado, lo que consideraron injusto.

Su buena relación con el gobierno, por lo menos con el actual, se remonta cuando Antonio Ordaz, su líder, prometió el apoyo de su agrupación al entonces candidato a la gubernatura José Antonio Gali Fayad.

Los vendedores, quienes insisten en no ser ambulantes, sólo se preocupan por una cosa: el proyecto de la Línea 3 de la RUTA.

“Hasta ahora no nos han comentado nada, no sabemos si nos van a retirar a los que estamos en el bulevar y Parque Juárez, pero esperemos que no”, dice otra vez Arturo.

Aunque, como buen ambulante, sabe que la organización buscará la manera de seguir trabajando, como desde hace 30 años.

“Yo creo que sí nos van a avisar y llegaremos a un acuerdo, como los que están en el Paseo Bravo, si no, ya buscaremos otro lugar dónde vender, como siempre lo hacemos”, concluye.

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