La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Si como todo indica, Andrés Manuel López Obrador ya convenció a Enrique Cárdenas de que sea el candidato de Morena por Casa Puebla, los señores Barbosa y Armenta tendrán que buscar otras opciones.

¿Y qué decir del diputado Rodrigo Abdala de Bartlett, sobrino político del tristemente célebre?

Retomo el fragmento de una entrevista callejera que apareció en E-Consulta bajo la firma de Laura Ruiz:

“’Lo he platicado con el propio Andrés Manuel, con Alfonso Romo y con otras personas cercanas, pero es para competir, no es para decir: este es, agregó.

“’Si en la elección interna del candidato de un partido político no se gana, menos se puede hacer frente a otras fuerzas políticas’, comentó el actual director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY)”.

¿Qué dijo?

En su español de economista quiso decir que va a participar en el proceso interno del partido de López Obrador.

En una nota de El Popular, bajo la firma de Maribel Velázquez, se lee:

“… comentó que su perfil será impulsado desde el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), que tiene esta facultad”.

Esto quiere decir que el nombre de Cárdenas será incorporado a la encuesta de cinco aspirantes que el CEN de Morena —es decir: López Obrador— va a organizar para definir a su candidato en Puebla.

Si esto es así, Cárdenas contenderá contra puro desconocido.

Vea el hipócrita lector:

Rodrigo Abdala de Bartlett, Abelardo Cuéllar y un señor apellidado Aco.

Falta uno.

¿Aceptarán el senador Miguel Barbosa o el diputado Alejandro Armenta ir de escorts en la encuesta hechiza?

Porque es claro que si Cárdenas aparece en la contienda es para que gane.

Seguramente la encuesta a modo será realizada en la oficina que AMLO tiene en la calle San Luis Potosí, en la colonia Roma, allá en el Rancho Grande.

Ahí se hará el sondeo, se procesarán los resultados y, en medio de un total hermetismo, se les comunicarán los resultados a Cárdenas y a los escorts.

Luego, habrá mole de guajolote, pulque y chalupas para celebrar que Morena ya tiene candidato a la gubernatura.

Ahora queda claro por qué Fernando Manzanilla no pidió ser contemplado para este proceso.

Alguien seguramente le dijo que mejor buscara otra opción porque todo estaba definido a favor del ex rector de la UDLAP.

Las dudas matan:

¿Qué harán Barbosa y Armenta?

¿Se cruzarán de brazos y dirán “ta bueno”?

¿No quemaron sus naves para llegar a Casa Puebla vía el trenecito de AMLO?

¿Aceptarán los premios de consolación?

Es decir:

Barbosa, candidato a diputado federal, y Armenta, candidato a diputado local.

¿Todos juntos le levantarán la mano a Enrique Cárdenas sin chistar?

Queda claro cómo se mueve el pandero en el partido de los pobres.

Por cierto:

Cuentan que la potencial candidata de Morena a la alcaldía de Puebla es una mujer de 33 años sin antecedentes políticos, sin dinero y con dotes de oradora.

¿Basta con eso para ganar?

López Obrador cree que sí.

Hay, por supuesto, muchos resentidos.

Tantos, que han empezado a ventilarse en el Comité Estatal —ése que dirige Biestro, Diestro o Siniestro— las más diversas versiones sobre Barbosa, Armenta y Manzanilla.

Una de las más dolosas es que los tres tristes tigres soltaron cañonazos de 25 mil pesos entre los consejeros influyentes para ganar la asamblea que no ganaron.

Ya que ni se apuren.

Ya hay candidato.

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