La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

La idea de incorporar a Eduardo Rivera Pérez al bloque de candidatos de Por México al Frente surgió en octubre, cuando a través de un conspicuo morenovallista se entabló el primer contacto.

Aquella vez no se llegó a nada, pero fue sembrada la idea de que en aras de la unidad panista se incorporara como candidato a la alcaldía de Puebla.

Ocurrió algo más:

La beligerancia en su contra desapareció de un día para otro.

En el programa 3 de 3, que se transmite los lunes por Efekto 10, Arturo Luna, Ricardo Morales y quien esto escribe hicimos los primeros comentarios al respecto.

Igualmente, en una columna hablé del tema.

No faltaron las respuestas airadas en algunos espacios periodísticos y en las redes sociales desmintiendo la información.

Y no sólo eso: asegurando que Eduardo Rivera jamás aceptaría ir en ese bloque.

Y mientras en la vida real continuaban los acercamientos, en esa zona borrosa las descalificaciones se multiplicaban con argumentos absolutamente delirantes.

Vea el hipócrita lector algunos de éstos:

“Ricardo Anaya no quiere nada con Moreno Valle”, “Anaya nombrará al candidato a gobernador y Martha Érika Alonso tendrá que ser la candidata de los partidos chiquitos”, “Anaya hará candidato a gobernador a Eduardo Rivera”, “Anaya le quitará la dirigencia estatal del PAN al morenovallismo y la pondrá en las manos de Humberto Aguilar Coronado”, “Anaya no necesita a Moreno Valle”, etcétera.

(De hecho, Aguilar Coronado decía a diestra y siniestra que él quedaría al frente del PAN en la entidad una vez que Anaya diera el manotazo en la mesa del morenogalicismo. Risas grabadas).

Los encuentros entre el morenogalicismo y Rivera continuaron.

La tentadora oferta de que su Cuenta Pública sería aprobada contribuyó a mover las aguas.

(En ese paquete iba igualmente su salida del infierno de la inhabilitación y del embargo a sus bienes)

Ricardo Anaya tuvo noticias de los encuentros casi desde el principio.

No estaba muy convencido pese a que los Yunques aldeanos ponían veinte argumentos sobre la mesa acerca de la lealtad de Lalo.

Las fuentes de Anaya aseguraban que Rivera seguía en contacto con Margarita Zavala, su mentora, y, en consecuencia, con Felipe Calderón, enemigos acérrimos del virtual candidato a Los Pinos de Por México al Frente.

Para nadie es un secreto que la dupla Calderón-Zavala está con José Antonio Meade, abanderado —también virtual— del PRI.

Todo eso metía ruido en este escenario.

Hoy que se consumó la trama, los habitantes de esa zona borrosa terminaron comiéndose sus palabras y, faltaba más, recularon.

Ahora juran que Lalo Rivera se impuso a Moreno Valle y al morenogalicismo.

Practican la vieja receta que han usado decenas de veces antes:

Si la realidad no cabe en tus escenarios, modifícala.

Eso no falla.

Hoy por hoy son los primeros sorprendidos.

El lector se preguntará:

¿Por qué Eduardo Rivera?

La respuesta es sencilla: porque en las encuestas está bien posicionado y porque su candidatura garantiza la unidad del bloque.

Es claro que no es el mejor.

(Luis Banck lo supera en discurso y formación intelectual. Jorge Aguilar Chedraui posee una estructura superior).

Pero él es quien garantiza que la fiesta siga en paz.

Una eventual migración de Rivera a MORENA o al PRI hubiese significado ruido (mucho ruido) y zozobra.

Las invitaciones no escasearon.

Alejandro Armenta aseguraba que de un momento a otro lo ficharía MORENA.

Tal escenario no cuajó en parte porque la dupla Zavala-Calderón no veía con buenos ojos su salida del PAN, además de que los buenos oficios del morenogalicismo tuvieron su efecto.

En las fiestas antiguas, los que habían bailado se sentaban muy civilizadamente para que los que no habían bailado ocuparan la pista.

Aquí pasó lo mismo.

 

Doger Candidato

El 21 de enero, Juan Carlos Lastiri saldrá a la calle con quince mil acarreados para presionar y quedarse con la candidatura del PRI.

Lo que no sabe es que un día antes aparecerá la convocatoria del partidazo y Enrique Doger será el primero y el único en registrarse.

Como lo hemos venido diciendo, no hay marcha atrás

Doger irá a la contienda más brutal de todas porque el PRI, pese a su tercer lugar, requiere de un candidato fuerte.

En las condiciones en las que está actualmente, ir con uno débil significaría un éxodo masivo de priistas a las filas de MORENA.

Y eso no ayuda a José Antonio Meade.

Por cierto: el presidente Peña Nieto tendrá que salir a decir “no se hagan bolas” para evitar que la versión del second best siga corriendo.

Dicha versión tiene que ver con un eventual relevo en la candidatura.

Es decir, quiero decir: Aurelio Nuño por Meade.

O uno o lo otro.

 

El Mostro Gobernador

Este martes le confié al hipócrita lector que Álvaro Alatriste, el Mostro de la Política, había hecho su examen para ser el candidato del PRI a la alcaldía de Tehuacán.

Me equivoqué rotundamente.

Lo que quiere el Mostro es ser el candidato del PRI a la gubernatura de Puebla.

Tal cual.

Ahora queda claro que sí es un Mostro de la política.

 

Islas Sigue al Frente de la SEDESO

 

Trascendió la versión de que Gerardo Islas había renunciado a la Secretaría de Desarrollo Social.

No es así.

Lo hará, pero dentro de un mes, cuando lleguen los tiempos para contender por la candidatura de Por México al Frente por el distrito local con cabecera en Izúcar de Matamoros.

Islas tiene otra propuesta de Nueva Alianza: las candidaturas plurinominales en los ámbitos federal y local.

¿Qué es más importante: ser un diputado federal más o ser coordinador de bancada en el Congreso local y presidente del mismo?

Gerardo cuenta con las simpatías del gobernador Tony Gali, el ex gobernador Moreno Valle, Martha Érika Alonso, Luis Castro —líder nacional de Nueva Alianza—, y Juan Díaz de la Torre—dirigente del SNTE.

Mientras en el estado de Morelos acaban de entregar la primera casa —única, ridícula casa— como parte del proceso de reconstrucción post sismo del 19 de septiembre, la SEDESO en Puebla, encabezada por Islas, tendrá un avance en un mes del 30 por ciento.

 

Natale Candidato

De última hora trascendió que Juan Carlos Natale será el candidato del Partido Verde a la gubernatura de Puebla.

Juan Pablo Kuri, dirigente estatal, quería ir en coalición con el PRI, pero Arturo Escobar se impuso y colocó a Natale, enemigo acérrimo del primero.

Kuri y Natale no se pueden ver.

Y si se ven se ignoran.

La duda que mata es una:

¿A quién le quitará votos Natale?

Si usted cree que al PRI está en lo cierto.

El año de la barbarie se sigue cocinando.

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