La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía/ @QuintaMam 

Ante el fracaso de su comunicación social, Melquiades Morales Flores decidió que Ernesto Echeguren fuera su vocero informal.

Y lo hizo antes, cuando nuestro personaje fungía como un jefe de la oficina del gobernador que tenía que domesticar —y lo hizo bien— a personajes como Víctor Giorgana.

Y más atrás:

Cuando don Melquiades era aspirante a gobernador en el contexto del reyezuelo Manuel Fraudlett Díaz, hoy, faltaba más, senador a modo de su jefe Andrés Manuel López Obrador.

Ernesto siempre ha sido un pilar en el tema político, que incluye, faltaba menos, a los medios.

Digamos que es una de sus especialidades.

(Tiene varias).

Cuando éste jueves el gobernador Tony Gali Fayad lo nombró vocero del gobierno del estado no hizo sino devolverlo a las aguas donde mejor se mueve.

Ernesto, hay que decirlo, tiene las cualidades de todo buen vocero:

Es dueño de un excelente fraseo, de una gran relación con los actores políticos (de todos los partidos, y eso incluye a los periodistas), y de una ironía fina, no grotesca, que es imprescindible en los salones de los que estamos hablando.

Su trabajo será arduo.

Tiene las herramientas para enfrentarlo.

 

La Mano de Beltrones

Si hay una mujer que tenga los atributos de Manlio Fabio Beltrones, ella se llama María Esther Scherman.

Enrique Doger la pidió de delegada especial del CEN de PRI en Puebla, y se la mandaron.

Ya se irá ese desconocido que pasó con más pena que gloria por la Delegación.

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