La Quinta Columna 
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

Si todas las conspiraciones que se fraguan se llevaran a cabo no habría político vivo.

Ante la elección más despiadada del México reciente, los grupos de interés apuestan como si estuvieran en los gallos.

La actitud es la misma:

Se levantan de los asientos, acarician las carteras, tragan saliva, escupen, manotean, evaden al fisco, se tocan los genitales, susurran, dicen “chingue su madre”, y gritan “¡voy giro, voy giro!”.

Luego, al primer mensaje del SAT, se levantan de los asientos, acarician las carteras, tragan saliva, escupen, manotean, se tocan los genitales, susurran, dicen “chingue su madre” y gritan “¡voy rojo, voy rojo!”.

Tienen la convicción de un niño de seis años que no ha sido abrazado en mucho tiempo.

Una buena mayoría detesta a la izquierda mexicana.

No tolera los “voto por voto / casilla por casilla”.

“Este pueblo sí se ve”, le provoca náuseas.

¿Y qué decir de “el pueblo unido / jamás será vencido”?

No cree que sea un honor / estar con Obrador, pero se dice que no tiene otro remedio.

(Un compadre suyo le garantizó que ahora sí va a ganar el Peje).

Mientras convence a otros en las mesas de whisky, no termina por convencer a su mujer, quien, acariciando su bolsa Michael Kors, le dice preocupada:

“¿Y si le vuelven a hacer fraude, gordo”.

Todos los días busca encuestas que confirmen su buen tino.

Y a la décima, bufa:

“Esto ya nadie lo para”.

Entonces le habla a su secretaria y se la lleva al estudio que tiene con unos amigos para celebrar que va en el avión correcto.

En las sábanas le dirá, a ella —Vielka, Belinda, Majo—, que está con Obrador para que nada cambie.

Y es que las alianzas recientes —Elba Esther, Sergio Mayer, Napito— le dan la certeza de que nada va a cambiar.

“Que se sienten los que ya bailaron. Ahora vamos nosotros. Ya que roben otros”, suele decir en el octavo whisky, mientras Vielka, Belinda, Majo le dice que ya se tiene que ir porque es tardísimo.

Ebrio, furioso, se enfrentará al alcoholímetro y lamentará que todavía no haya ganado Barbosa.

Entonces dirá “¡pinche gobierno!”.

Y golpeará el volante de su Jaguar del año.

“¡Todo es una pinche ratería! ¡Ya que gane el pinche Peje porque a este puto país se lo va a llevar la chingada!”.

 

Una Película de Terror en San Andrés

A Karina Pérez Popoca todos la recuerdan empujando a los empleados del ayuntamiento de San Andrés Cholula hace algunos años, cuando las protestas encabezadas por el Charles Manson de la zona —Adán Xicale— iban a la alza.

La hoy candidata de Morena a la Presidencia Municipal llegaba gritando “¡ahora sí, hijos de la chingada!”, al tiempo que tiraba golpes y patadas para desalojar el Palacio Municipal.

Tras eso vino la tormenta.

Y le llovieron varias y nutridas órdenes de aprehensión.

Tuvo que andar de la Seca a la Meca para no ser detenida.

Huyó, se escondió y no la pescaron.

Luego regresó a lo suyo:

La lucha revolucionaria.

Hace unas semanas, cuando se vio desplazada de la candidatura de Morena, vociferó en contra del partido de López Obrador y de los dirigentes estatales.

Una protesta en el Comité Ejecutivo Nacional le dio la vuelta a la decisión, y Karina se ganó la candidatura.

¿Volverá a golpear a los empleados del ayuntamiento cuando sea la presidenta municipal?

¿Qué hará montada en el presupuesto al lado de Adán Xicale?

Suena a película de terror, sí, pero el escenario es tan real como los golpes y los gritos que tiró a diestra y siniestra.

 

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