La Quinta Columna
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

Cuando Lula da Silva llegó a la Presidencia de Brasil llevaba consigo a un buen número de vividores profesionales que terminaron por mancharlo.

Su aura de hombre honesto terminó en los basureros de las favelas y hoy, si la justicia brasileña no dice otra cosa, él y su barba se irán a la cárcel.

La red de corruptelas armadas desde PetroBras, el emblema que dejó Lula para la posteridad, generaron dos esquemas de defraudación: Lava Jato y Odebrecht.

El Mecanismo, serie de Netflix que narra paso a paso el doble escándalo brasileño, deja muy mal parados a Lula y a su protegida: Dilma Rousseff.

Cobijados por el Partido de los Trabajadores (PT) —el partido de los pobres, de los desheredados—, Lula y Rousseff llevaron a ese país sudamericano de la esperanza más elevada al fracaso absoluto.

Hoy los dos están desprestigiados e imputados.

Y, por lo pronto, con un pie en la cárcel.

Cuando menos es el caso de Lula.

Quienes han venido alimentando de información al célebre juez Sergio Moro ven como un hecho el arribo a la prisión del hombre que hizo de la honestidad su bandera de lucha.

De hecho, el propio Moro ha dicho que si Lula no termina en la cárcel todo habrá sido una farsa.

Un premio Nobel de economía —Paul Krugman— dijo recientemente que López Obrador no se parecía a Hugo Chávez sino al santón brasileño con media barba en la cárcel.

¿En qué se parecerán ambos personajes?

Seguramente en la visión que tienen acerca de la participación del Estado en la economía.

(La misma de Luis Echeverría y López Portillo, tan ponderados por AMLO).

También en otra cosa: que López Obrador —como en su momento Lula— lleva consigo un selecto club de pillos en las bolsas del pantalón.

Hombres y mujeres que, en el pasado reciente, aspiraron las miasmas de ese sistema putrefacto que hoy abominan.

Con ellos aspira AMLO a limpiar el gobierno y a eliminar la corrupción.

Qué ingenuidad.

López Obrador tendría que ver las barbas de Lula remojar antes de continuar purificando tanta basura.

Faltaba más.

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