Por Guadalupe Juárez

Las banderas amarillas estaban en el suelo y el nombre de Roxana Luna se perdió entre las porras de Tony Gali y los “alcalinos” de Blanca Alcalá.

“No dejen de gritar”, “no dejen de gritar”, pidió el coordinador de los perredistas. Los jóvenes, con playeras y gorras, se intimidaron ante la llegada de los priistas que corrían hacia ellos.

En menos de media hora las porras se adueñaron del camellón y aceras de Cúmulo de Virgo.

Los simpatizantes de Alcalá Ruiz optaron por clavar las banderolas en el pasto para refugiarse de la lluvia, mientras los blanquiazules, con sombrillas promocionales de Gali Fayad no se movieron ni un centímetro. Empapados y con los zapatos mojados continuaban brincando y gritando hasta desgarrarse la garganta.

Antes de iniciar el encuentro entre candidatos, los jóvenes consiguieron reducir a un carril la vialidad. Al comenzar el evento, los elementos de seguridad vial municipal cerraron la circulación de Atlixcáyotl a 11 Sur, lo que aprovecharon los brigadistas para ocupar todo el espacio. Eran dueños de una avenida.

Los insultos se limitaban hacia sus respectivos candidatos. El PRI usó una marioneta y dos cerdos pintados de azul, con el rostro del candidato de Sigamos Adelante.

Más tarde, los puerquitos fueron arrojados a los del PAN en un costal.

Los integrantes del Sol Azteca como revancha por verse opacados atacaron a los del tricolor que se paseaban en un tráiler. “Puuu… Puuu…”, gritaban.

Sin vencedor, lo que empezó como una guerra de porras entre jóvenes brigadistas del PRI, PAN y PRD terminó en una fiesta amenizada por las canciones utilizadas durante las campañas de sus abanderados.

Dejaron a un lado descalificaciones y cánticos a favor de sus candidatos. Bailaron, sin importar que la música no serefiriera a los partidos.

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