La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

A nadie le cerraron el micrófono.

Nadie ––salvo Roxana Luna y Ana Teresa Aranda–– mencionó a Moreno Valle.

Casi nadie hizo propuestas de gobierno.

No hubo un escándalo que paralizara el encuentro entre los candidatos a Casa Puebla.

No hubo pastelazos.

Ni golpes bajos.

Ni una sola alusión a los familiares de quienes buscan la gubernatura.

El debate se centró en dos expresiones:

Por un lado, la Troika formada por Blanca Alcalá, Ana Teresa Aranda y, en menor medida, Roxana Luna.

Del otro lado: Tony Gali.

(Abraham Quiroz, de Morena, fue una pálida sombra que no se vio en el debate).

Los más seguros: Gali y Aranda.

Los más inseguros: Blanca y Roxana.

Ésta última se salió del guión priista y se vio como una oradora sin maestro en un concurso preparatoriano.

Blanca, en cambio, se mostró insegura, irritada y muy lejos de su experiencia como senadora.

(De ella se esperaba el mayor temple por su paso por el Senado de la República).

Ana Tere fue a hacer el trabajo que le encargaron desde el CEN del PRI: atacar una y otra vez a un Moreno Valle al que no se atrevió a mencionar de nombre.

Atacó también a Gali con ironías facilistas que nada tienen que ver con alguien que estuvo en las ligas mayores durante el Foxismo.

Gali, por su parte, usó el tiempo para plantear propuestas sin despeinarse.

Fue el único que no leyó.

Y terminó rebatiendo a sus opositoras.

La Troika se vio desorganizada.

Mezclaban temas, repetían críticas, se encimaban entre ellas.

No obstante, Ana Tere se vio mejor plantada que sus cómplices y compañeras.

Vicky Fuentes, la moderadora, cumplió con pulcritud, que es decir mucho en debates como éste.

Vea el hipócrita lector una crónica rápida de quien esto escribe:

Abraham Quiroz lee su currículo.

Refiere que participó en el movimiento de 1968.

(Nadie se acordaba de él).

Se tropieza por momentos.

Su voz es insegura.

Ana Teresa Aranda habla de su esposo muerto y jura que fue el amor de su vida.

También se refiere al PAN.

Dice que ahora su ex partido se volvió un coto de intereses mezquinos.

Cuenta que ganó 12 juicios en contra del Tirano.

(No dice nombres ni apellidos).

Blanca Alcalá, nerviosa, desafía, en apariencia, a Casa Puebla.

Dice que las familias poblanas están perseguidas.

Roxana Luna habla de su familia.

Dice que es la voz de los poblanos.

A los cuatros candidatos los llama “cómplices” del gobierno.

Asegura que su voz fue la única que ha acompañado a los ciudadanos agraviados.

“Los busqué para que me acompañaran ––dice señalándolos– y no me hicieron caso”.

Tony Gali habla de no regresar al pasado: “un pasado (marinista) que nos agravió a todos”.

Ana Tere se pregunta: “¿Para qué se quiere el poder?”.

Da algunas respuestas.

Habla de las obras faraónicas que no resuelven el problema de la gente.

Es la primera que menciona a Moreno Valle.

Habla de la Biblia para fundamentar su crítica.

Habla de los hermanos indígenas que le pegaban los piojos cuando era niña.

Blanca Alcalá se pregunta por los cinco años que ha dejado el PAN.

No menciona a Moreno Valle.

Pide un cambio de rumbo.

Su discurso se llena de adjetivos.

Dice, tocándose el cabello por enésima vez, que sólo hay “fachadismo” en este gobierno.

Pide revisar el caso del Museo Barroco.

(Ya dijo antes que lo quiere cerrar para convertirlo en gallinero público).

Se tropieza con sus palabras.

Roxana Luna gesticula y habla de los poblanos que no comieron hoy.

Quiere crear una sociedad educada.

Habla de construir baños en las escuelas.

En su discurso, suma dos más dos y se pone a repartir el dinero público, hace descuentos desde ahora a los ciudadanos, promete incentivos fiscales.

Ufff.

Y hasta ofrece dar un día de asueto a quienes trabajen en el servicio público.

Habla como política del PRI: “En la cultura, estaremos implementando acciones que la fortalezcan…”.

“Que se gaste en inversión y no en gastos”, dice enfática, y le da a la prensa la frase de la noche.

Gali es el único que no lee.

Habla de sus promesas hechas ante notario público.

Habla de que en su gobierno todas las mujeres ganarán el mismo sueldo que los hombres.

Promete que creará una Subsecretaría de Atención a los Pueblos Indígenas.

Quiroz ya se nos había olvidado.

Regresa a cuadro.

Lee abiertamente.

Lento, tortuoso.

Critica a los gobiernos del PRI y el PAN.

“Puebla padece de pobreza”, jura con tono de cura de pueblo.

“Inseguridad rampante, paraíso de la impunidad, presos de conciencia”, son tres de sus ideas.

Ana Teresa se muestra como soldadera del PRI y dice que el partidazo no se ha ido.

(Las maletas empiezan a hacer su efecto).

Blanca también se va contra Gali: habla de los indicadores de salud.

Roxana habla de los arcos de seguridad y de una policía de proximidad.

“El helicóptero ––jura–– lo pondremos en manos de la seguridad pública para que sueñe”.

Otra frase brutal.

Gali da la primera de ocho y saca una foto de Blanca con Mario Marín, “el padrino”.

Luego remata diciendo que es su “verdadero coordinador” y que ese gobierno dejó un estado endeudado

Acusa a Blanca de mentirosa: “45 casas, el edificio que tienes, tu Casa Blanca”.

“Yo no quiero regresar al pasado”, concluye.

Quiroz la pregunta a Gali por qué no cumplió con su gestión.

Ana Teresa dice que no le queda el saco que le puso Roxana en el sentido de no haber defendido estos años a los poblanos.

“Yo no voté por Moreno Valle”, confiesa.

(Ya lo sabíamos: en 2010 votó por López Zavala, quien iba hasta la colonia Condesa, en la ciudad de México, a dejarle maletas cargadas de…).

Aranda se va contra Gali y habla de su casa en La Vista.

Blanca dice que el candidato de “Sigamos Adelante” miente.

Se dice víctima de una campaña de difamación.

(El síndrome Labastida aparece unos instantes).

Le reclama a Gali que no haya presentado el “3 de 3”.

En referencia a Marín, jura que no tiene dueño.

Se va contra las propiedades de Gali.

Roxana dice que hay que cambiar la forma de gastar.

En su gobierno, asegura, no habrá despidos.

(No dice cómo le hará)

Reducirá, sí,  los salarios “a los partidos y a los magistrados”.

Gali refuta a Blanca y muestra su declaración “3 de 3”.

Se reivindica como un empresario exitoso en el pasado y lanza una ojiva con dedicatoria a Blanca:

“¿Cómo han hecho su fortuna ustedes que no han sido empresarios?”.

Habla también de la exoneración que hizo de una denuncia en su contra la PGR.

Quiroz habla de normas, valores y patrones de conducta.

Zzz.

(Todos duermen cuando él habla).

Blanca dice que en Puebla se dejó de invertir en lo necesario.

Jura que hará las cosas diferentes.

Dice que los recursos se fueron para empresas que no son poblanas.

También promete incentivos fiscales.

Va contra la rueda y el teleférico.

Titubea.

Roxana dice que su estrategia será fortalecer a Puebla en el turismo y habla de los ejidos ––técnicamente muertos desde el sexenio de Salinas.

Gali les agradece a las candidatas que lo hayan secundado algunas de sus propuestas.

Asegura que el 70 por ciento del presupuesto se irá al interior del estado cuando sea gobernador.

Quiroz habla, habla, habla, pero no aterriza.

El titubeo es su signo.

Maleta en mano, Ana Tere habla en contra del gobernador.

Pero no dice su nombre.

Pinta una Puebla devastada.

También se queja de que las empresas poblanas no recibieron obra pública.

Empieza a repetir algunos temas de Blanca Alcalá con un lenguaje parecido.

Su guión, escrito en el CEN del PRI, corre detrás del de Blanca.

Habla de “Cadenas de valor” y otras abstracciones.

Ella que fue funcionaria de Fox, pide lo que no hizo como secretaria de Desarrollo Social.

Y también ––faltaba más–– habla del Primer Empleo.

(Blanca ya lo había hecho).

Mismo guión, mismo fraseo.

Blanca critica las PPS’s de este gobierno, inspiradas en las del presidente Peña Nieto.

Y esto se lo recuerda Tony Gali, quien le pide que voltee a ver los 64 PPS’s del gobierno federal.

Luego muestra una gráfica en la que evidencia la deuda pública que dejó Alcalá a su paso por la Presidencia Municipal de Puebla: “La incrementó en un 13 por ciento”. Sí, asegura, “el mismo porcentaje que yo bajé”.

Quiroz se pierde.

Se duerme.

Su voz lo arrulla.

Ana Tere habla, otra vez, de obras faraónicas.

Dice que los moches llegan en este gobierno al 40 por ciento.

Compara las obras de la ciudad de México y de Puebla.

“Eso no se vale”, dice muy Montero Ponce.

Blanca habla de las obligaciones financieras ocultas.

“Qué barbaridad que se siga pensando en el clientelismo electoral”, exclama.

No responde una palabra sobre la deuda municipal que nos heredó, al decir de Gali.

Roxana repite temas.

Se tropieza mucho.

Gali le dice a Blanca que el SOAPAP heredó una deuda histórica.

Y vuelve a hacer referencia a Mario Marín, “su coordinador de campaña”.

También le responde a Ana Tere: “los datos que usted maneja no son datos precisos”.

Quiroz tarda en empezar.

“El origen de todo está en la corrupción”, lee en la Carta de Pablo a los Romanos.

Ana Tere dice que en este estado no se puede saber cuánto cuestan las obras.

“El Congreso de Puebla está arrodillado”, explota.

Roxana dice que el Congreso ha sido vulgarmente utilizado.

Habla del Caso Facundo: “vinculado al robo de combustible y Chalchihuapan”.

“Los poblano (sic) están enojado (sic)”.

Habla de encerrar a varios si llega a Casa Puebla.

Y nos regala otra frase inolvidable:

“Propongo que todos podamos proponer”.

Y más: “trabajaremos en los recursos natorales (sic)”.

Gali habla de la transparencia, de la participación ciudadana, del combate a la corrupción y a la impunidad.

Promete botones de pánico en los camiones públicos.

Bajará ––asegura–– los salarios de los altos funcionarios llegando a Casa Puebla.

Quiroz se burla de los escándalos mediáticos presentes en los últimos días y compara a los candidatos con el alcalde de San Blas, quien dijo hace algunos años: “Yo soy honesto. Sí robé, pero poquito”.

Ana Teresa dice que el gobierno compra todo.

(El de Marín la compró entera en 2010).

Y suelta que hay alguien que está haciéndose de un “Cochinote” para comprar una candidatura.

“No quiero un Congreso arrodillado, lacayuno”, dice ya sin rumbo.

Blanca titubea y acusa a Gali de aprenderse las cosas de memoria, ella que es la campeona de la memorización en voz alta.

Critica la transparencia del gobierno, insiste, al tiempo de asegurar que “el gobernador ha sido el gran legislador”.

Por fin lo hace: lucra unos instantes con la muerte de un menor.

Una amenaza sale de su boca: “toda persona que haya desviado recursos públicos la pasará muy mal el resto de su vida”.

Roxana Luna va contra la opacidad.

Gali muestra una gráfica que evidencia el incumplimiento de promesas de Blanca.

“Yo vine a hacer propuestas y compromisos, pero aquí sólo he escuchado bravatas y amenazas”, dice en alusión a la Troika priista.

Quiroz sigue vivo y se dirige a los jóvenes.

(¿Éstos lo escucharán?).

Ana Teresa inaugura un término: “Morenogalistas”.

Blanca dice que Gali miente.

Se toca el cabello una vez más.

Se ve enojada.

Roxana muestra una carta-compromiso.

Pide el antidoping para todos.

Gali habla del impulso a la cultura y el turismo.

Contrasta su gobierno con el de Blanca.

(La hace polvo).

Ana Tere dice que es claro que Gali y él tienen diferentes intereses.

Promete cosas irrealizables.

“Pareciera que usted lo sabe todo”, le recrimina a quien fue su vecino durante muchos años en Estrella del Sur.

A Blanca no la toca ni con el pétalo de una calumnia.

Ésta habla de que cuando fue presidenta municipal tuvo pocos recursos.

Luego, sin que venga al caso, menciona a Marín: su “coordinador de campaña”, al decir de Gali.

“El Padrino”.

Jura que el ex gobernador no estuvo detrás suyo.

Luego cae en su propio juego de palabras: “Los negocios (ahora) son mucho más caros (que en mi tiempo)”.

Gali termina diciendo que él sí cumple.

Vuelve a una frase: la del gobierno marinista “que nos robó la dignidad”.

Ana Teresa Aranda, que nunca ha ganado una elección, dice que ya llegó el momento de tomar el poder.

Refiere el caso del Bronco, que la dejó plantada hace unos días.

Cree, está convencida, que unirá “a la mayoría silenciosa” y recibirá su voto.

Y se va sin mencionar de nombre a Moreno Valle.

Blanca cierra leyendo.

Dice que ha presentado propuestas y que ya tiene elaborado un presupuesto.

Jura que “cuando más oscuro se ve está por amanecer”.

También se va sin mencionar a Moreno Valle.

Y otra vez se enreda en su juego de palabras: “Podamos que podemos. (…) Todas, todos, en una puebla para todos”.

Y evidencia su papel de lideresa de la Troika al invitar a Ana Tere y a Roxana “a que se sumen”.

(La duda mata: ¿a qué? ¿A que llegado el momento aborten sus candidaturas y llamen a votar por ella?).

Roxana habla de un nuevo amanecer.

Ufff.

El debate ha terminado.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *