El priismo local al parecer ya cayó en la desesperación; en su ansiedad por ganar titulares ahora llama a una supuesta resistencia civil. Ya perdieron el juicio.

El PRI  ya se parece a Jalisco: cuando pierde arrebata, y eso es lo que quiere hacer en Puebla.

Resulta irónico que el PRI que tanto ha criticado a Andrés Manuel López Obrador, cuando el hombre nacido en Tabasco llamó a la resistencia civil para defenderse ante el despojo del cual fue objeto en los años 2006 y 2012, ahora busque repetir el ejemplo de El Peje.

Ni duda cabe, el PRI practica una doble moral porque critica el actuar del gobierno del estado en Puebla, pero no critica lo que ocurre por ejemplo en Tlaxcala, donde el sátrapa que gobierna ya amenazó de muerte a la candidata del PRD y favorita de la contienda, Lorena Cuéllar.

No dicen nada de la descarada participación de la Federación y todos sus instrumentos para tratar de rescatar Veracruz, estado que están a punto de perder luego del desastre provocado por el gobernador priista, Javier Duarte, el peor mandatario estatal que se ha visto en mucho tiempo.

Cínicamente, los priistas acusan en Puebla la existencia de una elección de Estado cuando ellos tienen el apoyo del gobierno federal que cuenta con recursos superiores a los que puede manejar el estatal.

Critican a Moreno Valle por Chalchihuapan, pero no hablan de la vergüenza de Ayotzinapa o de Tlatlaya, con sus desaparecidos y ejecutados, escondidos bajo la “versión oficial” de los hechos.

Ni duda cabe de que quienes manejan al priismo en Puebla ya perdieron el juicio y ahora buscan a toda costa un “muertito” para tratar de reivindicar una causa que está más que perdida.

¡Pobre Blanca Alcalá!

Ha sido utilizada como instrumento por parte de quienes mezquinamente ya no les importa qué pueda pasar con ella, con su imagen y con su futuro, y con egoísmo buscan lucrar con la candidata haciéndola rehén de sus venganzas.

Es una lástima lo que ocurre con la campaña del PRI en Puebla porque, unos días antes del inicio de las actividades de proselitismo, las cosas lucían bastante parejas y Blanca se dejaba ver como una candidata más que competitiva, pero todo lo echó por la borda el equipo del cual se rodeó.

Ahora buscan enrolar a Blanca en una nueva aventura, la del activismo, pero a los priistas no les queda esa camisa por carecer de autoridad moral para encabezar cualquier causa.

Hoy, los priistas poblanos buscan lucrar con temas que en su momento ignoraron o incluso avalaron.

¿Dónde estaban los Estefan, los Armenta, los Chumacero, los Alcalá cuando ocurrió Chalchihuapan? No recuerdo a ninguno de ellos alzando la voz para pedir justicia para José Luis Tehuatlie y su madre.

¿A caso no fueron los diputados del PRI los que aprobaron las leyes electorales que hoy están en vigor? Los mismos diputados del PRI que hoy se rasgan las vestiduras avalaron con su voto la concesión del agua potable en Puebla y las tarifas, incluso habían aprobado que fuera la propia concesionaria la que fijara las tarifas y recularon solo cuando la sociedad y los medios protestamos ante tal medida.

Sólo hoy cuando dicen sentirse robados alzan la voz; pero insisto, carecen de autoridad moral para poder ser cabeza de algún movimiento.

Si, como dicen ellos, la elección está tan cerrada, ¿por qué no van a las urnas y ahí dejan que los ciudadanos decidan? La respuesta es sencilla: porque ya saben que van a perder.

Cuánto criticaban los priistas al panismo de los años 80 y 90 cuando convocaban a la resistencia civil, mientras los tricolores se robaban a punta de pistola las urnas y las elecciones.

No, señores del PRI, no; ustedes no tienen cara para tratar hoy de convertirse en la conciencia colectiva de Puebla. Carecen, reitero, de toda calidad moral y los hechos así los evidencian.

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