Por Guadalupe Juárez

Los números lo favorecen. Pero dice no confiarse. Pide a las 5 mil personas que ahora lo acompañan no confiarse, no bajar la guardia, no olvidar.

La explanada de la unidad habitacional Agua Santa, al sur de la ciudad de Puebla, luce llena. Es el escenario para medir fuerzas con su contrincante, sí, sólo una, la que también gobernó la ciudad, a la que acusa de haber abandonado este tipo de zonas habitacionales.

“Fuera PRI, fuera PRI”, se extiende la exigencia hecha por los presentes entre los edificios.

Ni las cartulinas fluorescentes con la palabra Tony escrita con marcador negro,  ni las pelotas de plástico azul que regalaron los animadores caben bajo la lona que resguardaría a los invitados de los rayos del sol.

“Candidato, candidato. Aquí candidato”, gritan los asistentes al ver pasar a Antonio Gali Fayad, lo resguarda una valla y un grupo de fotógrafos. La gente lo retiene para poder estrechar su mano. Hoy utiliza una gorra azul, se toma fotos, sigue sin poder pasar entre sus invitados, le demandan un saludo, una promesa, más compromisos.

Él accede. Se compromete a regresar a la capital, a Agua Santa. “¿Quieren un gobernador en Casa Puebla o en las calles trabajando?”, les pregunta. “En las calles”, le responden a coro.

“No sólo es firmar”, dice en alusión a sus 22 compromisos del Plan para Puebla signados ante notario.

“Regresaré a Puebla, a todas las colonias. A todo Puebla, carajo”, la emoción lo embarga. No se quiere confiar, pero empieza a verse como ganador. Incluso asevera que sus 35 años de casado lo celebrará con la obtención de la gubernatura.

La idea no parece descabellada, pareciera decirle eso a su esposa, Dinorah López de Gali, con una mirada de complicidad.

Entonces, enlista otros compromisos: los uniformes gratuitos, las computadoras para preescolar, el apoyo al campo, la prevención de violencia en contra de las mujeres, de los feminicidios. Y agrega, “rehabilitar los mercados de toda la ciudad”. Su nombre es vitoreado,  le externan su apoyo integrantes de distintas organizaciones comerciantes como la “Doroteo Arango” y AAA.

El diputado local Jorge Aguilar Chedraui también es cobijado por los presentes, son los habitantes del distrito 15 a quienes representa en el Congreso del estado.

El legislador señala también que hay dos caminos: el proyecto del “PRI de Marín, el PRI de siempre” y el proyecto que va a “cambiar el rumbo de Puebla: el de Tony Gali”.

Dinorah lo halaga: “Un hombre sencillo, honesto y comprometido con su familia, lo es con la sociedad. A mí nunca me ha fallado”, señala, mientras las mujeres le aplauden, le piden una foto.

“No nos debemos confiar”, insiste. Al fondo una fiesta entre sus seguidores. “TonyTony“. Él una sonrisa. Los números lo favorecen.

 

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