Blanca y sus enemigos

 

Fue solo una imagen, pero suficiente para que Blanca Alcalá Ruiz quedara exhibida de cuerpo completo. Mario Marín y Blanca. Blanca y Mario Marín. Ambos sonriendo y acompañados por Margarita García, esposa del exmandatario. Mazazo contundente. La fotografía acompañó a la priista todo el debate. A eso se sumó una pifia imperdonable del fail team: la candidata nunca fue informada que Tony  Gali había presentado su declaración 3de3 antes del encuentro y aun así lo cuestionó. La candidata navega entre la sombra del apestado y un equipo que no sirve. Requiem æternam dona eis.

 

El apetito de La Doña

 

Se las devoró. Las opacó. Las humilló. Ana Teresa Aranda Orozco pulverizó a sus contricantes en el debate de la noche de ayer: la perredista Roxana Luna Porquillo y la priista Blanca Alcalá Ruiz. La batuta de la oposición no es potestad de la izquierda –incluido el titubeante Abraham Quiroz Palacios– ni del priismo, sino de la candidata “independiente”.  Si es cierta la versión de que la apuesta de la expanista de hueso colorado en esta contienda electoral fue hacerle el juego sucio al PRI, entonces el tricolor pagó una factura muy, muy cara. La Doña demostró el oficio político y la experiencia que forjó en la oposición durante muchos años.

 

Vicky y la sobriedad

 

Un verdadero reconocimiento merece la conductora de noticias Vicky Fuentes al fungir como moderadora del debate entre los cinco candidatos a la gubernatura corta. Con ánimo templado, tranquila pero muy segura en su papel de árbitro, llevó a los abanderados a una dinámica en la que nadie la rebasó ni dudó un momento que sería capaz de poner orden. El desempeño contrasta radicalmente con el rídiculo que protagonizó el conductor Fernando Canales en el encuentro organizado por el Consejo Coordinador Empresarial, donde fue de pifia tras pifia, y si las cosas no le salieron peor fue porque no se pudo más.

 

Unidad en el PAN

 

Atrás quedaron las diferencias que pudieran existir. Ricardo Anaya Cortés, dirigente nacional panista, vino a Puebla en el mejor momento. Alzó la mano de José Antonio Gali, lo proclamó ganador del debate y envió el mensaje de unidad que nunca se ha podido observar en el priismo. El PAN está en pie de guerra.

 

 

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