Blanca Alcalá Ruiz continúa con el discurso triunfal, a pesar de los signos que muestran lo contrario
Por Mario Galeana
En 60 días de campaña, Blanca Alcalá Ruiz pasó del nudo en la garganta a los puños cerrados.
Ayer, en su último día, la candidata del PRI-PVEM-PES al gobierno de Puebla emprendió el discurso más frontal que se le recuerda.
“Votar por Tony Gali (candidato por la coalición Sigamos Adelante) es votar porque (el gobernador) Rafael Moreno Valle siga ejerciendo el terror y el control contra los poblanos”, pronunció en un cierre regional de Huejotzingo al que acudieron unas 3 mil personas.
En la senadora con licencia pareció haber quedado lejano aquel tibio arranque de campaña en Zihuateutla, nublado por el clima de la Sierra Norte y empañado por la ausencia de Manlio Fabio Beltrones, presidente nacional del PRI.
Antes, las críticas que lanzaba hacia el gobierno del estado no tenían nombre y apellido. Eran golpes al viento. Pero ayer la senadora con licencia incluso utilizó una de las frases emblemáticas del gobernador.
“Aunque (a Moreno Valle) no le guste escucharlo: gobernador no pone gobernador. La decisión está en ustedes”, dijo al evocar las palabras que el mandatario soltó durante un debate en las elecciones de 2010, en una clara crítica al entonces gobernador Mario Marín Torres y al entonces candidato priista Javier López Zavala.
Sin embargo, para analistas y columnistas, el viraje en el discurso de Alcalá Ruiz llegó muy tarde. Varias encuestas ubican a José Antonio Gali Fayad como ganador de la jornada electoral del próximo domingo.
De hecho, el debate en la opinión pública gira en torno al total de votos por los que el exalcalde de la capital poblana rebasará a la senadora con licencia. Las encuestas hablan de al menos dos dígitos.
Un antiguo proverbio dice que ningún destino es mejor que otro si se asume sin titubeos. Pero, ¿quién está dispuesto a aceptar un final que no desea? Quizá por eso ayer la candidata del PRI se pronunció, pese a todos los pronósticos, ganadora de la jornada electoral del domingo.
“Voy a exigir que se respete mi triunfo y que se deje que todos los poblanos salgan a votar”, señaló en una atropellada entrevista al término del mitin, entre una horda de simpatizantes priistas ávidos por una selfie o la esperanza de entregar una petición de apoyo a la candidata.
Se tiene la impresión de que la militancia de base del PRI no ve un barco que se hunde, pues los representantes del tricolor en la región de Huejotzingo peleaban por subir al templete donde Alcalá Ruiz agradecía el supuesto respaldo de panistas de la región: un hombre y una mujer que, mientras sostenían una deshilachada bandera del blanquiazul, simularon ser simpatizantes del PAN.
Quizá el apoyo de la base del Revolucionario Institucional sea incondicional, pero la estructura cupular podría no regirse por los mismos principios. A lo largo de la campaña, medios cuestionaron el respaldo a la candidatura priista del delegado del IMSS, Enrique Dóger Guerrero, y del priista poblano mejor posicionado en el gobierno federal: Juan Carlos Lastiri Quirós, subsecretario de la Sedatu.
Alcalá Ruiz tampoco ve un barco que se hunde. Al menos no desde lo público. “La gente me acompaña y la gente va a salir a votar”, declaró mientras una banda norteña contratada para amenizar el mitin se escuchaba en el fondo.
Como lo hacía la banda de la película El Titanic, minutos antes de que el gigante se se hundiera en el océano.
En este caso, el naufragio llegará, de resultar ciertos los pronósticos, hasta las costas del Senado de la República.