La Loca de la Familia

Por: Alejandra Gómez Macchia / @negramacchia 

El plagiario es simple y llanamente un ladrón. No hay otra forma de calificar al plagiario. El plagiario roba, secuestra y hace suyo lo ajeno. Lo hace con total impunidad, pero sobre todo, con la misma torpeza que le impide crear algo propio. Pocos son los plagiarios que no se descubren. Todo es cuestión de tiempo, ya que el plagiario, en su infinita estupidez, comienza a exhibir su crimen. El plagiario posee un cinismo particular. Un cinismo que es, a la vez, la ruta más segura a su Waterloo personal. Grandes y pequeños plagiarios caen cotidianamente y son expuestos en la plaza pública como lo que son: vulgares delincuentillos. A lo largo de la historia hemos sido testigos del descubrimiento de plagios brutales. Lo que es importante aclarar es que el plagiario no es un “versionador”; no crea mediante la inspiración del trabajo de alguien más. Los traductores, por ejemplo, están muy lejos de ser plagiarios. Un buen traductor, que respete el trabajo original de un tercero, puede llegar a mejorar ese trabajo. Hay plagiarios que en aras de justificar su vileza, juran que lo que hacen es traducir (aunque el texto esté en el mismo idioma) el trabajo del autor. Así se las gastan los plagiarios que, por lo general, son personas sin talento, o como en algunos casos, personas que han perdido el juicio por una enfermedad de la mente o algún padecimiento que involucre a la memoria, como fue el caso de José María Pérez Gay, que al final de su vida plagiaba frases completas de otros autores. Sin embargo, Pérez Gay nunca hubiera plagiado en su sano juicio, pues en el medio literario el que plagia es escoria abyecta (recordemos cómo le fue a Bryce Echenique y a Sealtiel Alatriste). El plagiario que está “bueno”, es decir, que no padece ninguna enfermedad que trastoque su memoria, debe ser exhibido como paria, como malviviente, como impostor. Y al impostor hay que señalarlo sin miramientos pues él, el impostor, roba sin miramientos. Hoy en este espacio quiero decir que el “periodista” veracruzano Luis Ramírez Baqueiro, plagió casi por completo un texto de periodismo ficción que escribió el 11 de noviembre de este año, el director de 24 horas Puebla, Mario Alberto Mejía. El plagiario tomó el texto que está a disposición de cualquier persona con internet, y lo pegó en una hoja de Word que posteriormente mandó a publicar a varios pasquines jarochos, asumiendo, además, que se trataba de información real y de primera mano, no un ejercicio de ficción como bien aclaró el autor real en su columna periodística que se ha publicado en Puebla durante más de veinte años, la así llamada “Quinta Columna”. Dicho robo se llevó a cabo el día 19 de este mes, es decir, ocho días después de que el texto “madre” fuera publicado en el diario 24 Horas Puebla. Hay que añadir que como buen plagiario, es decir, como buen ladrón, es decir, como buen malviviente, el señor Baqueiro no sólo copió el texto, sino que le hizo unas añadiduras de lo más anodinas. Así pues, si el lector compara los textos completos, se dará cuenta de inmediato de que el impostor Baqueiro tiene una pobrísima idea de lo que es la escritura. Es más: si dejáramos sólo las partes que el plagiario escribió, la columna constaría de tres lugares comunes aplicados siempre en el periodismo aldeano, dos artículos, un verbo y un refrán popular “oído al pasar” fuera de La Parroquia del Malecón. Así de burdo, así de pobre, ¡y así de entrampado!, pues recordemos que los pillos siempre dejan pistas o pecan de vanidosos defecando en la alfombra de sus víctimas, es decir, los plagiarios, como los vándalos, dejan una estela pestilente de mierda por donde pasan y van por ahí presumiendo del botín hasta que solitos se resbalan en el fango de su ignominia. Y después, la nada. No sólo quedan exhibidos como seres completamente faltos de talento e ideas, sino también como cobardes fugitivos incapaces de articular (y mucho menos escribir) algo digno en su defensa.

*Dejo ante el lector los links de ambas columnas. O mejor dicho, la columna de Mejía y el pegote de Baqueiro.

http://24horaspuebla.com/2017/11/13/la-quinta-columna-el-dia-en-que-osorio-chong-gano-la-candidatura-del-pri-periodismo-ficcion-2/

http://libertadbajopalabra.com/2017/11/19/candidato-osorio-chong/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *