Con el paso de las generaciones se ha pulido este auto; ahora viene con un nuevo diseño que involucra cambios en volante, pantalla central, juegos de llantas y más.

Por: Más Velocidad

La historia del Kia Sportage es de éxito. Es la historia de un coche que con el paso de las generaciones ha ido puliéndose hasta convertirse en lo que es.

Con su inseparable rojo de la mano, el Sportage actualiza ligeramente su diseño en los parachoques, lo mismo que los grupos ópticos donde los delanteros presentan la firma lumínica típica de la casa, y los traseros acaban siendo unidos por una franja reflectante.

El acabado GT Line, ahora dividido en dos, incorpora a su vez detalles propios, como es el caso de los elementos cromados. Para rematar se introducen nuevos juegos de llantas de 16, 17 y 19 pulgadas.

Saltando al interior, cuesta incluso más trabajo percatarse de las modificaciones. Si tomamos al modelo anterior como ejemplo, la verdad es que no había muchas superficies que necesitarán un cambio ya que los materiales y los ajustes eran más que buenos. Los elementos nuevos se resumen rápidamente: volante, pantalla central, cuadro de instrumentos actualizado y nuevas tapicerías, tanto de tela como de cuero.

Una conectividad de última generación que se introduce gracias a un nuevo sistema de infoentretenimiento y a una nueva pantalla de 8 pulgadas que permitirá una conexión más fluida con nuestros smartphone.

El interior del Sportage ya disponía de buenos materiales y ajustes. Ahora recibe un poco más de equipamiento.


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