Las Serpientes 
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo  

Puebla entra este año a la hora de la verdad. La trágica muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso y de su esposo, el ex mandatario Rafael Moreno Valle, dejan un enorme vacío de poder que será muy difícil de llenar en el corto plazo.

De entrada, a más tardar el 5 de enero, el Congreso nombrará al gobernador interino que se encargará de convocar a nuevas elecciones en un periodo no mayor a 60 días.

Es decir, a más tardar el 5 de marzo se deberá lanzar la convocatoria para que el Instituto Nacional Electoral (INE) o, en su defecto, el Ople local se encargue de organizar el nuevo proceso en el que participarán todas las fuerzas políticas.

Los partidos de nueva cuenta deben seleccionar a sus respectivos candidatos y realizar campaña durante 60 días; es decir, en abril y mayo volverá a vivirse la efervescencia electoral, para que en junio se elija al nuevo mandatario y un mes después, desahogadas las posibles impugnaciones, el nuevo gobernador tome posesión del cargo. Hasta aquí toda la parte jurídica abierta por la trágica muerte de Martha y Rafael.

¿Quién puede ser el mandatario estatal interino? El Partido Acción Nacional (PAN), a través de su dirigente nacional, reclama la posición para alguien emanado de este partido político, como un gesto de civilidad política.

En este escenario se manejan los nombres de Humberto Aguilar Coronado, que coordinó la campaña de Marko Cortés en la entidad, o Juan Pablo Piña, también vinculado al dirigente nacional del PAN, jurista experimentado y ligado a los poderosos empresarios Posada, copropietarios de Lomas de Angelópolis.

Morena, con mayoría en el Congreso local, cabildea con Gobernación federal, específicamente con el subsecretario Zoé Robledo Aburto, la llegada de un personaje ligado a la sociedad civil, un perfil académico que no aumente la tensión social generada por el pasado proceso electoral e incrementada por la muerte de la gobernadora y el senador en circunstancias sumamente sospechosas.

En este escenario se habla de actores como el ex rector José Doger Corte, el ex secretario de Gobernación Carlos Meza, ligado a Manuel Bartlett Díaz, o el ex presidente municipal Guillermo Pacheco Pulido, aunque también el ex rector de la Udlap Enrique Cárdenas Sánchez ha entrado en la puja.

Por lo que se refiere a la contienda constitucional, muchos buscan moverse para tratar de obtener la candidatura o no quedar fuera de cualquier tipo de negociación que se pueda llevar a cabo.

En Morena, al parecer hay una obsesión de la presidenta nacional de este partido, Citlali Ibáñez (Yeidkol Polensky) por proteger a Luis Miguel Barbosa Huerta, quien fue derrotado el año pasado en las urnas por Martha Erika Alonso.

Todo parece indicar que Citlali Ibáñez sigue indicaciones directas del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien tiene una obsesión por castigar, a como dé lugar, a Puebla, repitiendo con Barbosa como candidato a la gubernatura pese a que, como todo mundo sabe, carece de carisma y que si Regeneración Nacional hubiera elegido a otro candidato hubieran ganado sin problemas la gubernatura desde 2018.

A pesar de todo eso, si Morena impone a Barbosa como candidato a la gubernatura partirán como favoritos para ganarla, porque, reitero, a pesar de la arrogancia de este personaje y su poco carisma, la estructura federal en poder del partido de López Obrador operará a su favor en una elección que será de estructuras.

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El morenovallismo está partido y descabezado tras la muy sospechosa, pero políticamente oportuna, muerte de sus dos líderes.

La participación ciudadana tendría que ser la clave para derrotar a Barbosa y a Morena porque de lo contrario, ante una escasa participación, el lopezobradorismo será el que se beneficie de esta coyuntura, pese a que Andrés Manuel no esté en la boleta en esta ocasión.

Para el panismo la situación luce muy complicada: el morenovallismo dominó durante más de 12 años la vida interna del albiazul en Puebla descabezando a la ultraderecha que por años mantuvo el control de Acción Nacional.

Ahora se advierte una lucha interna entre estas dos fuerzas, lo cual alimenta la división y beneficia al régimen, sin que se vea un personaje, al menos por el momento que pueda cohesionar a todos los bandos, los cuales quedaron en la más completa orfandad y con poco, muy poco tiempo para reagruparse y dar la batalla.

Solo un personaje de perfil ciudadano y panista podría dar la batalla, si es que logra sumar y unir a los dos grupos en pugna. Mañana le diré quién podría ser esta figura.

Asimismo, habrá que ver si el panismo suma otra vez la coalición de fuerzas que acompañaron a Martha Erika en el pasado proceso electoral (PRD, Movimiento Ciudadano, y los dos partidos de corte estatal bajo la influencia del morenovallismo).

Paradójicamente, el partido que recobra fuerza e importancia, porque se puede convertir este proceso en una elección de tercios, es el PRI, que viene revitalizado, luego de triunfar en la elección a la alcaldía de Monterrey el pasado 23 de diciembre y si postula a un buen candidato, puede dar la sorpresa. Pero sobre eso y otras cosas más abundaré en otra columna.

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