Por: Agencia Notimex

La Comisión Nacional Forestal (Conafor) invitó a reconocer y valorar las aportaciones de las mujeres rurales en la conservación de los bosques y  su participación en actividades económicas relacionadas con las zonas forestales del país.

En México, detalló, más del 40 por ciento de las personas que viven en pobreza son mujeres, muchas de ellas habitan en zonas rurales y están ligadas al sector forestal.

En un comunicado, recordó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con motivo del Día Internacional de la Mujer, hizo un llamado a la igualdad de género por medio del empoderamiento, y en ese sentido, exhortó a poner fin a los estereotipos y la discriminación.

Ejemplificó que en Tlaxcala, un grupo de 15 mujeres, la mayoría de la tercera edad, realizan actividades de protección y conservación en el Parque Nacional Malinche o Matlalcuéyetl (Señora de las faldas azules), declarada como Área Natural Protegida (ANP) el 6 de octubre de 1938.

Esta ANP, que representa la principal fuente de oxígeno de la entidad, guarda un importante ecosistema de bosque de encino, oyamel y pino.

Desde el 2004, la Conafor otorga apoyos al ejido Santa María Acxotla del Monte como Pago por Servicios Ambientales, Ordenamiento Territorial Comunitario y el Programa de Empleo Temporal.

Blanca Gutiérrez Salazar, integrante del ejido de 353 hectáreas dentro del municipio de San Luis Teolocholco, declaró que desde las seis de la mañana llegan con palas, picos, rastrillos y machetes a emprender las actividades cotidianas para el cuidado del bosque.

Algunas de esas actividades son brechas cortafuego, obras de conservación de suelos, monitoreo de plagas forestales, además de recolección de basura en los caminos y las áreas recreativas de la montaña.

Su trabajo les valió para ganar en 2017 el Premio Nacional al Mérito Forestal en la categoría Mujeres Forestales, aunque este grupo de mujeres no es el único que realiza este tipo de actividades.

En las zonas forestales de México, destacó la Conafor, las mujeres recolectan leña para preparar el alimento a sus familias, limpiando involuntariamente el bosque de material combustible que podría provocar incendios forestales.

Además, tienen un amplio conocimiento en plantas medicinales y recogen productos que no son maderables, tales como setas, hongos comestibles y raíces.